Capítulo 4

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Al día siguiente y como lo había prometido Lucy, Natsu pudo hablar con sus padres a través de una "lacrima". Una especie de cristal largo de unos quince centímetros de largo y diez de ancho, era transparente.

Natsu realmente no creía que pudiera ver o hablar con sus papás por medio de esa cosa tan extraña, pero cuando Lucy toco el cristal y murmuro un nombre, pudo visualizar a otra mujer de cabello azul muy alborotado, llevaba una diadema naranja con una flor rosa a un lado de su cabeza Se le veía muy joven.

Lucy y la chica hablaron por algunos minutos, después la rubia le entrego el cristal, diciéndole que esperara unos momentos. Observo con curiosidad en espera de que algo pasará.

Su madre fue la primera en aparecer en el reflejo, seguida de su padre, quienes lo miraron felices y aliviados.

Lloro un poco cuando vio que sus papás tenían algunas vendas en la cabeza y rasguños en sus rostros, pero ellos le aseguraron que estaban bien y que la amiga de Lucy los estaba ayudando mucho. No le dijeron dónde estaban, pero le prometieron que pronto lo visitarían para ver cómo estaba con su entrenamiento.

Natsu les prometió que daría lo mejor de sí para que estuvieran orgullosos de él cuando fueran a visitarlo.

Su madre le pidió obedecer a Lucy y no le diera demasiados problemas o hiciera muchas travesuras. Natsu solo le sonrió y dijo no prometer nada.

Después de algunos minutos, sus padres se despidieron y la mujer de cabello azul volvió a aparecer pidiéndole hablar con Lucy, le entrego el cristal a la rubia y ella le dijo que fuera a descansar, que seguirían con su entrenamiento al día siguiente.

Gray y Juvia se habían quedado con ellos una semana más.

Pero había algo que siempre molestaba a Natsu y lo mencionó los primeros dos días durante el desayuno, antes de cada entrenamiento.

Como su habitación estaba junto a la de huéspedes, Natsu, todas las noches escuchaba ruidos extraños. Casi siempre eran un tipo de lloriqueos, después, estaba seguro de oír a Juvia suspirar mucho, algo golpeaba la pared un par de veces y finalmente Juvia daba un grito muy agudo que le lastimaba el oído.

Gray solo se atragantaban con la comida y Juvia se sonrojaba sin despegar su mirada del plato lleno de comida. Lucy aseguraba nunca oír nada, pero le invito a dormir con ella si le molestaba los ruidos cariñosos de sus visitantes. Así que Natsu compartió habitación con Lucy el resto de la semana.

No fue tan malo, Lucy tenía un cuerpo muy abrazable y ella le contaba muchos cuentos para poder dormir.

Sus entrenamientos se dividían así:

Lucy lo entrenaba en usos básicos del fuego, Juvia lo ayudaba a mejorar su resistencia física y Gray luchaba con él para que pudiese defenderse en caso de necesitarlo.

Gracias a Juvia, podía correr mucho más de lo que antes lo había hecho y sujetar cosas que doblaban su peso, incluso cargaba mucho más que la pequeña Juvia. Con Gray peleaba bastante seguido, durante y después de los entrenamientos, era como si un odio hubiese nacido entre ellos en el momento en que Natsu lo acuso con Lucy sobre ser demasiado ruidoso en las noches con Juvia.

Natsu estaba emocionado con sus nuevas habilidades mejoradas. Era más fuerte y ágil de lo que fue nunca.

Pero en cuanto a su magia...

Lucy no se desesperaba con él, en realidad era extremadamente paciente. Natsu no entendía como no lo golpeaba con una piedra (su mamá siempre lo amenazaba con eso cuando él no entendía las cosas que ella le enseñaba en casa), cada vez que fallaba.

Niño BersekerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora