XIV

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POV Alba

La primera semana de rehabilitación sin duda fue la más dura. Mi proceso de rehabilitación constaba en una serie de ejercicios físicos de bajo esfuerzo. Con el paso del tiempo la dificultad de estos ejercicios fue aumentando.

Me sometía a pruebas diarias, comprobaban que no quedara ningún rastro del cáncer, que no tuviera ninguna infección y que no enfermara. En menos de un mes habían estimado que podían darme el alta.

Natalia mejoraba rápido, le quitaron la escayola y la venda y comprobaron que no estaba inflamado o infectado. A ella le habían dado poco más que dos semanas antes de poder pedir el alta permanente y estaba contenta por ella.

Caminé por los pasillos del hospital hasta llegar a nuestra habitación, preparé mis cosas para ir a la ducha. Agarré mi neceser y la ropa que me iba a poner después. Cerré la puerta de la habitación. Corrí las cortinas, tanto las que estaban en la ventana que daba al exterior como las de la ventana que daba al pasillo del hospital.

Me desvestí y me envolví en la toalla, abrí la puerta del baño y dejé todas las cosas en una mesita. Abrí la gran mampara de cristal y encendí la ducha, dejé correr un rato el agua hasta que calentó lo supe por la cantidad de vapor de agua que había. Entré en la ducha y cerré los ojos dejando un suspiro de alivio al notar el agua tibia recorrer mi cuerpo.

Estaba tan sumergida en mis pensamientos, escuchando el agua caer, que no me di cuenta cuando Natalia entró al baño. Cuando abrió la mampara abrí los ojos, la miré de arriba a abajo. Iba completamente desnuda y sin decir nada entró a la ducha conmigo después cerró la mampara. Las duchas eran bastante amplias, eso era porque disponían de un taburete de plástico que podías poner o quitar para ayudarte. 

No dijimos nada y solo nos dedicamos a mirar nuestros cuerpos desnudos con detenimiento. Natalia se colocó detrás mía y comenzó a enjabonarme con la ayuda de una esponja mientras dejaba caricias en mi espalda. Después de enjuagarnos ella besó mi nuca repetidas veces.

Terminamos de enjuagarnos el acondicionador y nos quedamos bajo la ducha sin decir nada. El silencio era cómodo, nuestras respiraciones iban acompasadas. Me acerqué a sus labios con cierta timidez poniéndome de puntillas, ella tardó escasos segundos en atrapar mis labios para comenzar un beso lento.

Natalia bajó sus manos a mi culo y lo apretó haciendo que se me escapara un ronco gemido de mi boca, ella sonrió al instante. El beso se fue intensificando, salimos las dos de la ducha y nos envolvimos en las toallas. La miré con deseo y agarré su brazo haciéndola salir del baño. 

Enseguida comenzamos otro beso, este tal vez un poco más desesperado, fogoso. Aún que intenté llevar el control sobre el beso terminó siendo Natalia la que lo dirigía. Dimos un par de pasos torpes hasta llegar a mi cama. En cuanto nos acostamos perdimos el único trozo de tela que nos cubría quedando las dos completamente desnudas.

Era ya tarde, ya habíamos cenado y ya nos habían hecho las pruebas diarias a las dos así que no teníamos porqué preocuparnos. 

Natalia comenzó un recorrido de besos que comenzó en mis labios y bajó hasta mi abdomen donde se detuvo para observarme. Asentí dando aprobación para que continuara y no tardó en seguir con el recorrido hasta acabar en mi intimidad. Sonrió de lado antes de introducir dos de sus dedos de golpe en mí haciéndome gemir. 

Ella subió y me indicó, poniendo su dedo índice sobre su boca, que hiciera silencio, después volvió a besarme. Movía su dedo con soltura y rapidez, pasé mis brazos por su espalda abarcándola y haciendo presión con mis manos arañándola. En cuanto introdujo un tercer dedo noté mis paredes contraerse indicándome que estaba cerca de llegar.

Avisé a Natalia entre susurros y jadeos que estaba apunto de correrme, ella aceleró el ritmo hasta que llegué. Mordí mi labio ahogando un fuerte gemido y dejé caer mi cabeza para atrás exhausta. Natalia dejó un par de picos sobre mis labios y después se levantó para ponerse algo de ropa.

-¿Qué haces? -Pregunté.-

-Descansa cariño. -Me dijo y besó mis labios de nuevo.-

-Estoy bien. -Dije levantándome para vestirme.-

-Ya, te creo. -Dijo y me miró.- Pero no podemos hacer más ruido... Se darán cuenta y nos cae una importante.

-Tienes razón. 

Terminé de vestirme y me volví a acostar, estábamos cada una en su cama, Natalia miraba su móvil y yo leía un libro. No me había cepillado los dientes aún, se me había pasado completamente. Me levanté de mi cama muy rápido y en cuanto estuve de pie caí al suelo inmediatamente. Mis piernas fallaron y por un segundo se me olvidó como funcionar por completo.

Natalia llamó a los médicos con un botón que hay en la habitación, el cual se debe de usar en caso de urgencias. Ella se levantó de la cama y vino a ayudarme enseguida. Intentaba decirle que estaba bien pero las palabras se quedaban atascadas, mi cerebro no daba órdenes.

Los médicos llegaron con una camilla y con ayuda de Natalia me subieron a esta. Quise mantener los ojos abiertos para ver donde me llevaban pero fue inútil pues me desmayé.

Mondo.

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Holi, amo las vacaciones.

Por dios SKAM SP es lo mejor me caso.

LOVES.

Sempiterno // AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora