two

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Hay muchas cosas de las que me olvido fácilmente, los nombres, los números télefonicos y esas fechas importantes que se supone que no debía olvidar.

Sin embargo nunca olvido nada que tenga que ver con él.

Su olor, su sabor, sus manos en mi cuerpo, la tibieza de su piel contra la mía, la forma en que me hace suyo y como nunca se entrega a mí totalmente.

Sé también que aunque siempre se va, siempre regresa.

Y realmente quisiera odiarlo.

Esos pensamientos llenan mi cabeza mientras la profesora da la clase, no me puedo concentrar, siempre es así, ChanYeol llega a mi vida después de semanas de abandono y me consume totalmente.

Me vuelvo otro.

KyungSoo interrumpe mis pensamientos y me da una mirada de advertencia mientras habla bajito sobre que tengo que prestar atención o sino reprobare la materia.

Asiento con la cabeza pero no le respondo, aunque Soo es un amigo importante para mi, no sabe de ChanYeol, me niego a decirlo en voz alta, todo lo que pasa, todo lo que siento, no quiero ponerle nombre, siento que así dolera menos, hacer como que no existe, aunque sí existe y sí duele.

Siempre que se va, me digo que ya no lo recibiré más, no contestaré sus mensajes, ni llamadas, no pensaré más en él y si la esta pasando mal, pero soy un cobarde y mis brazos siempre están abiertos a él, mi hombro siempre esta dispuesto a sostenerlo cuando no puede más. Y mi corazón es feliz, de tenerlo así, aunque sea un ratito, siendo él mismo conmigo, dejando ver su sensibilidad conmigo, y guardo esos momentos en lo más profundo de mi ser.

A veces me engaño a mi mismo diciendome que eso es suficiente, que todo lo que ChanYeol me de, sea lo que sea es suficiente. Pero sé que es mentira.

HurtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora