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Y para cuando octubre llegó, las primeras hojas rozando las veredas de la fría Barcelona y las nubes quemando en crema el cielo, Manuel ya se había acostumbrado a las manos de Martín alrededor de su nuca en caminos silenciosos hacia la cancha, y a sus ojos de mar mediterráneo en medio de la noche cuando le sonreía profundamente.
Manuel no esperaba ese cambio tan abrupto pero tan suave en su vida. No supo cuándo había empezado a anhelar su presencia a su lado en trotes suaves por la mañana, pero cuando lo notó, supo que el fútbol no sabría igual sin la palma de su mano sobre su hombro desnudo luego de un partido.
Para Manuel era difícil encariñarse con personas. Ludwig fue la primera persona que amó fuera de su familia, pero siempre lo había reconocido como una figura masculina patente, como parte esencial de la construcción de lo que él reconocía como su hogar. Había estado ahí siempre, desde que era niño y no entendía bien ni le preocupaban las relaciones humanas y cómo se edificaban; Ludwig fue su primera relación a trabajar realmente, y no le costó nada, porque era, después de todo y desde siempre, su casta.
Miguel y Julio fueron tema aparte. El corazón de Manuel latía con una fuerza enferma por ellos dos, por los que reconocía como sus pares y profesores a la vez. Eran parte de sus costillas y de su piel como lo era la planta de sus pies; no había universo para Manuel en el que no compartiera con sus mejores amigos.
Ya no puede recordar el proceso antes de llegar a este punto, el cómo fue encariñarse, confiar y dudar antes de sentir libremente. No recuerda el cómo se sintió intentarlo, pero sabe que fue largo, que le costó hasta dejarlos ver completamente sus entrañas sin pudor.
Pero Martín fue distinto. Lo fue desde el inicio.
Martín se metió bajo la piel de Manuel de una manera en que su mundo entero se desequilibró. Le provocó jaquecas la forma tan natural en que sus pulmones parecían crecer dalias por él, le dolieron los huesos cuando se encontró a sí mismo tan encantado con sus pómulos y su frente y su voz, como si hubiesen sido parte de él durante todos los años que Manuel había estado en esta tierra.
Si sus manos pudiesen estar siempre sobre sus escápulas, Manuel piensa, y ni siquiera se preocupa en espantarse cuando una voz le susurra eso, solo preocupado de rozar la palma de su mano con la de Martín, en un diálogo implícito de felicitación, de apoyo, de compañerismo.
Si es Martín, a Manuel no le importaría que Martín se meta bajo su piel, le cambie las células y le renueve las pestañas. Por él está bien que entre en ese pequeño mundo secreto, en ese universo paralelo tan restringido. Manuel le daría la bienvenida al jardín secreto, al Muro de Monet mil veces.
saben que tengo otro fanfic (porque obvio que si no termino un fanfic y no estoy estudiando para mis cinco pruebas debería empezar un nuevo fanfic de otro fandom) de bnha con tododeku. está en mi perfil si les interesa y les agradecería mucho si la leen en la medida que les interesa.
terminando con la publicidad (sorry), el capítulo es súúúper corto pero es un trampolín para pasar a otra parte de la historia. ESTAMOS AVANZANDO PUEDEN CREERLO ?!?!?!??!!?!
en otras noticias, me han llegado algunos mensajitos a lo largo del mes anterior y este diciéndome que les gusta mucho el fanfic y que yo escribo muy bonito y no saben lo mucho que me enternece eso. de verdad gracias por siempre aguantarme actualizando una vez cada setecientos siglos, y gracias por disfrutar de mis arranques de escritora con cosas súper random. gracias de verdad muchas gracias. no saben lo feliz que me hace poder publicar fanfics geis bajo una foto de sailor moon y en anonimato y que la gente lo disfrute. de verdad GRAAAACIAS
eso. manden fuerza y neuronas que me faltan caleta pa esta semana infernal y sorry por la nota taan larga y el capítulo taan corto. que tengan un gran período de tiempo indeterminado y espero leernos pronto para contarles cómo va mi nuevo curso de japonés online. muchos besos y abrazos muaaaak
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Between |ARGCHI|
Fanfiction|AU Futbolistas| Manuel es la Estrella Solitaria y Martín es el Sol de Argentina. El espacio que los separa es eterno, y aún así se las arreglan para colisionar el día que Manuel llega a jugar al mismo equipo que Martín, creando universos y nebulosa...