Las vacaciones

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Las vacaciones

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"No puedo creer que estamos haciendo esto"

"¿Por qué no te calmas un momento? Solo será un fin de semana"

"Un fin de semana de cuatro días"

Anna llevaba tres horas quejándose, ese fin de semana como lo llamaba Karen que en realidad eran cuatro días debido a los días festivos, lo pasarían con su familia. Apenas dos años atrás les había presentado a Anna y aunque Karen afirmaba que les había caído muy bien, Anna no opinaba lo mismo. En cuanto su novia salía de la habitación el padre de Anna no perdía el tiempo para hacerla sentir incómoda. Desde esa primera vez Anna se había podido escapar de cualquier reunión familiar de su novia, la ventaja más grande es que vivían en ciudades diferente y su trabajo era lo suficientemente absorbente como para ayudarla a escapar de cualquier compromiso familiar. Pero esta vez Karen la había sorprendido, no le dio tiempo de planear su escape. Cuando le preguntó que, si le gustaría ir de campamento, nunca se imaginó que sería con su familia. Amaba a Karen con todo su ser, estaba convencida de que muy pronto le pediría matrimonio y serían esposas. Pero aún no sabía qué hacer con el padre y hermanos de su amada novia. Los dos hermanos mayores eran enormes y al igual que el padre le habían dejado muy en claro que se mantuviera alejada de su pequeña hermanita. Si tan solo no fuera tan obstinada, de seguro ahora estaría muy lejos.

Pero cuando conoció a Karen, esa noche en la fiesta de su mejor amiga, ella lo supo, algo le gritaba que por fin había encontrado a su alma gemela. Pasaron toda la noche platicando, terminaron viendo el amanecer sentadas en el capo de su carro. La primera cita fue de lo más divertido, se dio cuenta que Karen a pesar de ser muy inteligente también era muy distraída y eso fue lo que más le gusto de ella. Anna hasta ese momento vivía para su trabajo, era médico forense del departamento de policía, jamás pudo llevarse bien con los vivos, por lo que trabajar con muertos era su sueño hecho realidad. Nunca tenía que preocuparse por pacientes molestos, amaba la soledad que su trabajo le brindaba. Pero hasta antes de conocer a Karen no había aceptado que la soledad en su vida amorosa no era tan bienvenida como la de su trabajo.

Eran polos opuestos, al menos eso le dijo Erin cuando le contó que estaban saliendo "Pero es perfecta para ti" Sí, eran perfectas juntas. Su madre la amo de inmediato, parecía que Karen era su hija en lugar de Anna. Podían pasar horas en la cocina. Su madre tenía un servicio de catering y Karen simplemente disfrutaba cocinar.

"Debiste ser chef" Le dijo la madre de Anna.

"Mis padres no lo vieron como una opción para mí"

No, claro que no. Sus padres siempre habían dominado su vida, desde las calles que tomaba cuando salía de la escuela y regresaba a casa, la carrera y obvio la universidad a la que debía asistir. Karen nunca lo acepta, pero cuando le ofrecieron transferirse a otra ciudad por su trabajo fue la más feliz.

Por mucho tiempo fue la novia (por supuesto) de uno de los hijos del amigo de su padre, pero le habían enseñado que mentir no era correcto y no podía seguir engañando al pobre muchacho. Alguna vez le contó a Anna que cuando se armó de valor y llevo a su primera novia a la misma cabaña a la que se dirigían, todo salió estupendo. Aunque nunca entendió porque al volver a la ciudad ella simplemente empaco y la dejo.

Anna después de la primera visita comprendió que fue lo que pasó, pero ella no era una cobarde. Jamás dejaría a Karen, a no ser que ella se lo pidiera. Así que aquí estaban de nuevo, sentadas en el carro camino a una cabaña en un lugar perdido que ni siquiera aparecía en Google maps.

"Te va a encantar, es la cabaña de mis bisabuelos. Ha estado en la familia desde que la construyeron. El lago es hermoso y hay una cueva donde tal vez tú y yo..." Karen puso su mano sobre el muslo de Anna "Vamos quita esa cara, papá prometió que te llevaría de pesca"

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