El molesto sonido del timbre de una puerta fue lo que interrumpió mi placido sueño, por lo que algo molesta me levanté para salir de la habitación en la que había dormido todas estas horas, cruzando un pequeño pasillo para quedar justo frente a la puerta de la calle, la cual volvió a ser llamada por el timbre que tenia conectado.

-Ya voy, cansino...- Gruñí por lo bajo antes de abrir, dándome igual el horrible aspecto que tenia. Al abrir la puerta me topé con Namjoon, no creía que le volvería ver luego del feo que le hice en aquella cafetería ayer, por lo que me sorprendí bastante. -¿Como sabes donde vivo? ¿Acaso me seguiste anoche?- Pregunté con mis ojos como platos, a lo que el soltó una pequeña risita, dejando ver unos preciosos hoyuelos asomarse en sus mejillas.

-Esto es tuyo... Se te debió caer ayer en la cafetería.- Sacó de su amplia chaqueta marrón una billetera básica negra, la cual tenia una pequeña estrellita en su esquina inferior derecha, la cual había cosido a mano mi madre cuando yo era muy pequeña aun, para que la utilizase cuando fuese mayor.

La tomé rápidamente y pongo contra mi pecho, sintiendo un enorme alivio en mi cuerpo, ni si quiera sabia que la había perdido, pero el tan solo imaginar que esto desapareciese de mi vida hacia que me agobiase.

-Muchas gracias, Namjoon... Pero eso no resuelve mi pregunta, ¿Como sabes donde vivo?- Bajé la billetera, separandola de mi pecho.

-Tienes tu carnet ahí... Por lo que supe donde vives... Y también tengo tu numero de teléfono.- Susurró lo ultimo, pero aun así pude oírlo a la perfección.

-Acosador...- Hice el amago de una sonrisa, pero rápidamente volví a mi semblante serio. Me hice a un lado en la puerta con la intención de dejarle pasar, para invitarle a un café como agradecimiento.- Pasa, te invito a tomar un café, o lo que quieras...-

El asintió y pasó al interior de mi casa, observando atentamente la estética que tenia esta por el interior. Cerré la puerta y le guié hasta la cocina, la cual era pequeña pero tenia todo lo necesario.

-Siéntate, por favor.- Dije acercándome a la cafetera. -¿Un café solo con dos de azúcar?- Pregunté  recordando a la perfección lo que había pedido ayer en la cafetería.

Una vez que ya estaba sentado en la blanca mesa que había en la cocina junto a un par de sillas, el me sonrió y asintió. -Si, por favor.- Soltó sin quitarme la vista de encima, me sentía algo incomoda pero a la vez el me calmaba bastante... Era extraño, hacia mucho que no sentía este tipo de calma junto a una persona que hace nada que conozco.

Luego de unos pocos minutos el café ya estaba listo, por lo que tomé dos tazas para servir su café solo y el mio con leche, a los dos les puse dos de azúcar ya que no soporto el amargo de ningún tipo. Agarré la tazas con ambas manos para colocarlas sobre la mesa, una frente a Namjoon y la otra frente al lugar donde me iba sentar. Me senté sobre la silla y coloqué mis dos manos en la taza, apreciando el calor agradable que desprendia.

-Oye...- Llamé la atención de Namjoon, pero yo en ningún momento levanté la mirada de mi café.- ¿Porque haces esto?- 

Pude deducir que el había hecho una expresión de extraño en su rostro. -¿A que te refieres con eso?-

-Me refiero a que, ¿Porque te preocupas por mi? Soy tan solo un bicho raro... Nadie quiere estar conmigo, soy horrible, a todos les molesta el tan solo verme... No entiendo porque tu quieres ayudarme...- Apreté ligeramente la taza, ya que sentía que lloraría en cualquier momento, si soy  muy sensible pero con estos temas lo soy aun mas.

Namjoon movió su silla para quedar junto a mi, sentí sus manos tomar mi rostro para que le mirase a los ojos. -No voy a permitir que digas esas aberraciones sobre ti... Por lo poco que pude conocer sobre ti, es que eres una chica maravillosa que sufrió mucho en su corta vida... Ya te lo dije, voy a cuidar de ti... Aunque quieras alejarme no lo haré, porque realmente siento que el destino quiso unirnos, aun siendo de esta inesperada manera...- Al oír aquellas palabras me fue imposible no comenzar a llorar, era la primera persona que se preocupaba tanto de mi, aun si casi conocerme.

Sentí aquellos fuertes brazos, los cuales me habían salvado hace apenas unas horas, rodear mi cuerpo, poniéndome contra su pecho intentando que me sintiese protegida. -Deahogate todo lo que necesites, yo no me moveré de  aquí...- 

Dios, esto era tan extraño... Hacía mucho tiempo que nadie me veía llorar, ya que siempre lo hacia en la soledad de mi cuarto o baño... Pero debía decir que Namjoon fue el único hasta ahora que se había preocupado por mi y que me hacia sentir este tipo de comodidad para llorar frente a el.

Bastantes fueron los minutos que estuve llorando sobre el, pero Namjoon en ningún momento se quejó, tan solo acarició mi cabeza para tranquilizarme. Me separé de el cuando por fin había logrado calmarme. -Gracias...- Bajé mi mirada un momento, dandome cuenta de habia dejado una macha, debido a mis lagrimas, en su camiseta. -Oh, perdona. De verdad, lo siento.- Intenté pensar en alguna solución para que no fuese con una camiseta manchada.

-Tranquila, no pasa nada. Vivo por aquí cerca, no pasa nada si voy con una pequeña mancha.- Al oir aquello rapidamente negué con mi cabeza y tomé su mano para levantarme de la silla en la que estaba sentada junto a el. -¿A donde vamos, Young mi?- Preguntó el algo extrañado mientras me seguía.

-A mi cuarto...- Al llegar a mi habitación solté su mano para buscar en mi armario alguna camiseta oversize que tuviese para prestarle a Namjoon mientras lavo la suya.- Ten.- Le dí una camiseta negra bastante amplia.

-Oh, no hace falta, en serio...- Soltó el negando con su cabeza mientras me mostraba una suave y ligera sonrisa.

-Ponte esta camiseta y lavaré esa que tienes puesta. No acepto un "no" por respuesta...- Moví mi mano, la cual aun seguia estirada,  para que la tomase de una vez.

Namjoon suspiró y tomó la camiseta para luego retirarse la que llevaba puesta, yo al ver aquella acción rapidamente me giré para no ver su torso desnudo, pronto pude oir una risa de su parte, seguramente por lo avergonzada que me puse, ya que con tan solo imaginarme su torso desnudo me hacia sonrojar... Porque, ¿Para que mentir? El era realmente atractivo.

Cuando sentí su mano en mi hombro me giré lentamente mientras cerraba mis ojos. -¿Y-ya esta vestido?- Pregunté mientras abria lentamente mis ojos, topandome con Namjoon ya cambiado.

-Eres tan linda.- Dijo poniendo un tono dulce en sus palabras mientras me tendia su camiseta. 

Yo la tomé y aparté mi mirada aun algo avergonzada. -¿Como se te ocurre desvestirte frente a mi? Eres un estupido...- Golpeé ligeramente su hombro, aun con mis mejillas rojas como manzanas.

-¡Ah! Dios, que dolor... No merezco este sufrimiento.- Al ver como dramatizaba todo me fue imposible no ponerme a reir. -¡Te he hecho reir! ¡Que linda!- Dijo Namjoon realmente emocionado mientras daba saltitos de felicidad.

-No tengo dudas... Eres un completo idiota...- Me acerqué a el para así poder abrazarle con algo de fuerza. -Pero aun así... Fuiste el idiota que me salvó... Gracias...-

◇Red string of fate◇   Kim NamjoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora