열일곱

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-¡Jimin! Wake up! ¡Today is tu día!- Gritó eufórica Solar.

Y así era, hoy era el día importante de Jimin, ya que hoy era el discurso de ingreso a la universidad.

Por esa razón, no tardó ni un solo segundo en levantarse, y sonreír, olvidando todo los problemas que Jungkook le causo ayer.

Al final si logró sacar a Jungkook de la casa sin que los padres se dieran cuenta.

¿Cómo?

-Acá están mis notas papá.- El señor se colocó sus lentes para poder revisar mejor. Y no era sorpresa, pero si grato el hecho de que su hijo sea prodigio como lo ha sido desde muy pequeño.

-No hay sorpresa Jimin, muy orgulloso de ti.- Le dio una leve sonrisa y le mostró su puño con su pulgar levantado en signo de aprobación.

-Is Jimin, el lo hace todo bien.- Afirmó la rubia mientras regresaba a la conversación con quien sabe quien en su celular.

-Pero papá, necesito que cheques unos papeles de aceptación, es de mi universidad.- Su tono pálido resaltaba, pero fue desapercibido por sus padres.

--Tráelos entonces.-

No joder, no.

-Llegaron de frente a tu oficina, y a ti no te gusta que yo entre ahí.-

Mentira.

Los papeles le habían llegado a el, sin embargo el con sumo cuidado los había puesto en la oficina de su padre anteriormente.

-Tienes razón, los reviso en un rato.-

-¡Pero papá, son necesarios.-

El señor Park sobó su frente en señal de estrés y dio un suspiro rápido, levantándose hacía su oficina.

Y como estaba planeado, el señor fue seguido por Solar.

-También quiero que revises una tarea más, la traigo de mi cuarto mientras tu revisas los papeles.-

Y como si su vida dependiera de ellos- Que valga la mención, si dependía-  corrió escaleras arriba, abrió su armario dejando a ver a un Jungkook pálido, casi sin oxígeno.

-Jimin, ¿me puedes ex...

-No hay tiempo, amor, sal de la casa, rapidito, te explico por chat.-

Jungkook ya no quería insistir, así que agarro sus pertenencias y estaba a punto de irse, pero el rubio le tomo del brazo y lo empujó a sus labios.

Jungkook acarició sutilmente la pequeña cintura del contrario, al finalizar, ambos juntaron sus frentes.

-Te espero mañana.- Susurró bajito el rubio.

-Ahí estaré, te amo.-

-Yo más, bebé.-

Se dieron un pequeño beso y Jungkook salió de la habitación lo más silencioso que se pudo.

Siguiente, Jimin prácticamente voló a la oficina de su padre y entró agitado.

-¿Qué te pasó?- Preguntó preocupado el señor. -¿Y los papeles?

Santa mierda, olvidó los papeles.

-Ah ¿papeles? ¿qué papeles? ¡Ah sí! Los papeles, ahora los traigo.- Para la mala suerte de Jimin, la puerta de entrada sonó muy fuerte al ser cerrada.

Badabun 국민 KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora