Shiori veía a su hermano menor correr por todo el parque como si estuviese loco.
Katsuro jugaba con otros niños a «La Traes». Un juego en donde uno se dedica a perseguir a otro y al alcanzarlo, éste le dice "La traes" y después se tiene que echar a correr o sino, lo atraparán de nuevo.
Shiori le llamaba a ese juego «La Enfermedad» pues para ella, básicamente era ir por ahí persiguiendo a alguien con el fin de «contagiarle» algo. Por así decirlo.
Aún recordaba cuando ella era pequeña y corría por la sala de la casa persiguiendo a su papá, sólo porque quería pegarle en la ropa aquella cosa pegajosa que había sacado de su nariz momentos atrás.
Ella no lo sabía con certeza en aquel entonces, pero de todos los juegos, ese era su preferido. Y aún lo seguía siendo, a pesar de ya no jugarlo. Shiori disfrutaba de escuchar las anécdotas divertidas que sus padres le contaban, como ella, a tan corta edad, ya andaba torturando a su padre con mocos pegajosos.
— Al menos eran mocos y no popo — le dijo una vez su padre entre risas.
— ¡Que asco! — habían respondido Shiori y su mamá Ashi, al unísono, para después soltarse a reír con Takashi.
Y cuando Katsuro se unió a la familia, Shiori se había encargado de enseñarle a jugar eso apenas aprendió a correr.
Ella podía asegurar que aquel juego ya estaba designado para ser una nueva tradición en la familia.
Shiori sonrió cuando su hermano menor atrapó a otro niño y en el escape, se cayó, haciendo que el nuevo «infectado» volviera a atrapar al pequeño Katsuro.
— ¡No se vale! — resongó Katsuro, aún en el suelo — Ve por otro, no te aproveches de los caídos.
Shiori soltó una estruendosa carcajada. Su hermano menor era todo un estuche de monerías.
Y el dramatismo se le daba tan bien.
— ¡No seas dramático y levántate! — le gritó Shiori y Katsuro le miró con cierto toque de desdén.
El pequeño Hamasaki se levantó del suelo, sacudió sus pantalones y después emprendió una carrera, como vil espartano, tras el resto de los niños.
•••
— ¡Estoy cansado! — dijo Katsuro, sentándose en la banca de madera, al costado derecho de su hermana mayor.
— Toma un poco de agua — ella le extendió una botella con agua fría —, repón energías, guerrero.
Katsuro sonrió.
— ¿Viste como alcancé al hermano de Hyungwon? ¡Ja! Ahora sí seguro se arrepentirá de haberse aprovechado de mi caída. Lo alcancé fácilmente.
— Sí con fácilmente te refieres a más de media hora tras él, claro que sí, hermano.
Katsuro le empujó con ambas manos, haciéndola mecerse del torso para arriba en la banca. Shiori rio divertida y después alborotó los cabellos de su hermano menor.
— Andando, debemos irnos a casa — comentó Shiori, a la par que se ponía de pie.
Katsuro meneó los pies en el aire, éstos no llegaban a tocar el suelo, así que quedaban flotando cada vez que se sentaba en la alta banca. El pequeño recargó sus manos sobre la madera de la banca e inclinó un poco el cuerpo al frente.
— ¿Ya tenemos que irnos? ¿Tan pronto? — él hizo una mueca a forma de puchero.
— Sí, tienes tarea y ya sabes que papá no le gusta que te desveles haciéndola.
— Ay.
— "Ay" nada — bromeó Shiori — andando, flojo.
— Está bien — de un salto, Katsuro se puso de pie.
Shiori le despeinó los cabellos un poco y luego ambos caminaron hacia su hogar.
Cuando ellos dos salían del parque, otras dos personas iban entrando. Una niña que quizá rondaba la misma edad de Katsuro y un chico que lucía no mucho más grande que Shiori.
La niña tenía el cabello lacio, de color negro y permanecía suelto, permitiendo que la ligera brisa lo moviera a su gusto. Vestía una blusa color azul cielo y un pantalón de mezclilla, con unos tenis blancos.
El chico, al igual que la pequeña, tiene el cabello negro; viste una camisa blanca de cuello redondo y encima de ésta, una camisa roja de botones que no están abrochados. Un pantalón de mezclilla oscura y tenis blancos.
Lucía bastante bien. A ella le atrajo lo increíblemente alto que es, Shiori podría asegurar que él era más piernas que otra cosa.
Ella conectó su mirada con él por unos segundos y sintió un hormigueo por todo su cuerpo, pero más en lo que era su columna, en especial. Fue como si una especie de corriente eléctrica corriera desde el inicio de su columna, hasta el final de ésta.
Shiori se desconcertó por unos segundos y apartó la mirada, el chico es apuesto, sí. Y la forma en la que él le sonrió por cortesía pura, cuando pasaron el uno cerca del otro, la terminó por descolocar bastante.
Era una sonrisa demasiado linda, y eso que el chico solo había curvado sus labios, ni siquiera le había mostrado los dientes. Shiori ladeó la cabeza y siguió el camino; no sin antes dar una mirada fugaz al chico.
Éste ya se encontraba sentado en la misma banca en donde Shiori estuvo momentos antes sentada con su hermano. El chico veía como la niña se integraba con otros niños para jugar en los columpios.
Él debió sentir la mirada de ella, puesto que ladeó la cabeza en dirección a Shiori, le regaló otra sonrisa más y ella volvió a sorprenderse por haberse quedado mirándolo; avergonzada, no le quedó de otra más que devolverle la sonrisa y seguir su camino, a la par que intentaba sacarse la vergüenza repentina que había experimentado.
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MILKSHAKE » HARUTO
Fanfiction❝Hay dos cosas que Shiori ama en este mundo: Las malteadas y los chicos. Y para fortuna de Haruto. Él es un chico y sabe hacer malteadas ¿Cómo podría decirle ella que «no»?❞ #1 en Watanabe - 29.04.19. #5 en watanabeharuto - 02.04.21 MILKSHAKE ©...