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UNA SEMANA DESPUÉS.

La familia Hamasaki desayunaba junta. Sopa de miso, arroz blanco, pescado a la parrilla y encurtidos estaban sobre la mesa.

Shiori dio un sorbo de su sopa y disfrutó de la sensación caliente y el rico sabor en sus papilas gustativas. Para ella, su mamá hacía la sopa de miso más rica en todo Fukuoka.

La chica miró a su costado izquierdo y logró notar a su pequeño hermano devolver un trozo de pescado al plato en el momento justo en que su mamá Ashi regresaba a mirar a su esposo; Shiori rodó los ojos y le pegó ligeramente con el codo en el brazo, aprovechando que sus padres no les veían.

— ¡Oye! — reprochó Katsuro por lo bajo para no atraer la atención de sus padres.

— Comete ese pescado — replicó Shiori entre dientes, con un tono muy bajo pero suficientemente alto para que su hermano la escuchase.

— No tengo antojo de pescado hoy — replicó el menor de los Hamasaki —, me tocaron los trozos que papá quemó.

Shiori rio.

— A todos nos tocó así, pero solo come un poco o harás sentir mal a papá.

Aquella mañana, Takashi había comprado pescado para el desayuno y al ver a su esposa algo atareada, se ofreció a ayudarle en la preparación. Había sido el encargado de freír el pescado en la parrilla, pero el pobre Takashi se descuido unos instantes y por consecuencia se le quemaron algunos trozos de pescado.

Tanto Ashi como Takashi no querían desperdiciar comida, así que decidieron poner en la mesa aquellos trozos pescados que aún pudieran ser comestibles a pesar de las quemaduras.

Katsuro le devolvió el golpe a su hermana. A la par que devolvía sigilosamente otro pedazo de pescado quemado.

— Ustedes dos, dejen de pelear — anunció Takashi y los dos hermanos volvieron la vista a su padre —. Shiori no obligues a tu hermano a comer el pescado, ambos pueden saltárselo solo por hoy, ya que lo arruiné. Pero cómanse todo lo demás.

Takashi bajó la mirada al plato y siguió comiendo. Los hermanos al ver a su padre, se sintieron mal por haber sido descubiertos y también por ponerlo triste esa mañana.

— No, papá ¡Está delicioso! — se apresuró a decir Katsuro y después se metió un trozo de pescado en la boca, la carne quemada hizo que formara una mueca, pero no dejó de comer — ¿Ves? Rico, mmm...

Takashi soltó una ligera risa —al igual que su esposa e hija—, después agradeció a su hijo por el apoyo, y le dijo que lo quería. Katsuro sonrió satisfecho de que había restaurado la sonrisa en el rostro de su padre y posteriormente, todos continuaron con el desayuno.

•••

— Pórtate bien, aprende mucho — le dijo Shiori a su hermano, éste asintió y ajustó la mochila que colgaba de sus hombros.

— Igual tú, hermana mayor — Shiori le sonrió.

— Andando — Shiori le dio una palmadita en la espalda y su hermano se fue corriendo en dirección a la escuela.

A Shiori aún le quedaba un tramo que recorrer para llegar a su escuela, así que giró hacia su derecha y comenzó a avanzar, pero apenas dio el tercer paso, se detuvo.

Al otro extremo de la entrada, estaba el chico del parque del otro día. Hacia varios días que no le veía y por ende, no había tenido tiempo para pensar en él y profundizar en lo que sintió cuando lo vio por primera vez. Shiori se convenció aquel día que ese momento sólo fue algo extraño que sucedió, a lo que no le encontraba una explicación lógica. Así que el asunto quedó olvidado.

MILKSHAKE » HARUTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora