» O6.

520 82 20
                                    

El corazón de Shiori latía con fuerza y más rápido de lo habitual. Su mano se aferró al Walkie-talkie y mordió su labio inferior mientras aguardaba los datos de su hermano. Le había costado tres bolsas de golosinas, así que, más le valía a Katsuro dar buena información o se atendería a las consecuencias.

— Bien, comenzaré — dijo Katsuro, al mismo tiempo que se metía un gusano de gomita en la boca —. Él ha estado yendo a la escuela todos los días, tiene una hermana a la que acompaña la puerta. Cambio.

Shiori sonrió.

— ¿Qué más? — preguntó la chica — Cambio.

Katsuro volvió a morder otro gusano de goma y tras pasarlo, habló.

— Siempre se la pasa viéndome — Katsuro frunció el ceño, aunque su hermana no podía verlo —. Cuando mamá o papá me dejan en la escuela, siempre descubro a Piernas Largas viéndome. No sé qué trae conmigo, me mira y después ladea la mirada buscando algo...

Shiori sonrió con amplitud.

«¿Está buscándome?» se preguntó mentalmente y la idea de que así fuera, la hizo muy feliz.

Shiori se dejó caer en la cama y abrazó el walkie-talkie en un arranque de emoción. Solo había intercambiado miradas y nombres con Haruto un par de veces, pero algo tenía aquel chico que aceleraba su corazón al mil por hora.

— A veces su hermana tiene que meterse — continuó Katsuro —, ella le golpea en el brazo o donde caiga el golpe para que el chico deje de verme. Y es qué hay ocasiones en que me asusta. Cambio.

Shiori enarcó una ceja, se incorporó rápidamente, sentándose en la cama y afianzó el walkie-talkie con ambas manos.

— ¿Por que lo dices? Cambio.

— ¡Parece que me quiere robar! — soltó el niño con aire dramático — Pero sé que no es así porque a ustedes dos los vi mirándose en el parque y también el otro día cuando fuiste a dejarme a la escuela ¿Son novios? Cambio.

A Shiori se le cayó el aparato de las manos por la sorpresa de ese último comentario. Su hermano la había puesto en una situación incómoda.

— ¿Por eso él siempre lleva a su hermana, verdad? Para poder verte a ti, pero cómo estás enferma y no has ido a dejarme, él no sabe de ti — Katsuro soltó una risa burlona, podría ser pequeño, pero sabía algunas cosas, o eso cree él —. Por eso tú también me preguntas de él.

Katsuro se dejó caer en la cama y soltó una risa que hasta Shiori pudo escucharla desde su cuarto.

— Ay, no — Shiori se alarmó.

Conocía lo imprudente que podría ser su hermano menor, esa risa solo significaba problemas y ahora Shiori temía que en el próximo encuentro de Haruto con Katsuro, éste último fuera a decirle algo que la pusiera en vergüenza.

— ¡Shiori tiene novio! — canturreó El Niño a través del walkie-talkie y a su hermana se le pusieron las mejillas coloradas de solo escucharlo.

— ¡Cállate! No es verdad.

— ¡Shiori tiene novio! Es novia del chico piernas largas y se besan, lalala...

Katsuro siguió cantando sin más y Shiori no podía con la pena, la voz de su hermano apenas y se oía hasta su cuarto, pero Shiori no quería arriesgarse a que sus padres escucharan.

Como vengala, Shiorio se levantó de su cama y salió disparada hacia el pasillo, dirigiéndose así al cuarto de su hermano. Apenas abrió la puerta, Katsuro dejó de brincar en la cama y se echó a correr fuera del alcance de su hermana mayor.

— ¡Ven acá, Katsuro!

— ¡Nunca! — gritoneó el niño — ¡Ahhhh!

Shiori lo persiguió, haciendo corajes en voz baja y para su suerte logró interceptarlo en el pasillo poco después de que Katsuro dejó la habitación.

— Suéltame, te acusaré con tu novio — chilló Katsuro — le diré que maltratas a tu adorado hermano menor y te dejará.

Shiori sonrió.

— Si supiera lo manipulador que eres, seguro se pone de mi lado — se defendió Shiori.

Katsuro dejó de forcejear un poco y pareció analizar las palabras de su hermana.

— ¡Es igual de perverso que tú! Con razón se gustan ¡Es mi fin! ¡Mamaaaaá!

Shiori quien reía por la dramatización de su hermano, dejó de hacerlo penas escuchó a Katsuro llamar a su madre, la chica le tapó la boca, pero él seguía luchando.

— ¿Qué pasa aquí? — preguntó la señora Hamasaki, que apenas escuchó a su hijo gritar, acudió a su llamado.

— Nada, mamá — se apresuró a decir Shiori, pero que tuviera a Katsuro aprisionado entre sus brazos y cubriéndole la boca para que no hablara, no le ayudaba mucho.

La señora Hamasaki les miró con reproche a ambos, enderezó el cuerpo y cruzó sus brazos sobre su pecho a la par que les daba una mirada desaprobadora.

Los hermanos intercambiaron miradas significativas, después de separaron y bajaron la cabeza apenados.

— Lo sentimos, mamá — dijeron a coro.

— A la sala, los dos. Ahora.

Fue lo único que dijo la madre de ambos y aquello bastó para que los hermanos supieran que por su pequeño escándalo, ahora estaban en problemas.

MILKSHAKE » HARUTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora