Un simple niño que nunca tuvo nada de especial, eso era él, sin el poder de un zorro de nueve colas, ni el talento nato para ser un ninja de leyenda como sus hermanos. Eso era algo que siempre supo, y eso era algo que nunca le había importado. No ha...
—Esto... esta vacío— murmuro Naruto caminando por la mansión del magnate Gatō, habían subido los pisos, fueron arriba y abajo, de derecha a izquierda, buscaron en cada uno de los cuartos que había, incluso en la oficina del dueño de la casa.
Nada, no había nadie en ningún lugar.
Pateando una caja de drogas vacía, Naruko hablo—¿Estas seguro que aquí es donde estaba? Esto parece una casa abandonada.
Tomando su mentón con la mano, el Ojiazul se tomo el tiempo para pensar—No lo entiendo, Gatō no dejaría su guarida así como así— murmuro para si mismo antes de quitarse las vendas de la cara.
Ante la mirada de los tres presentes, vieron como él empezaba a olfatear en el aire.
Naruto tenía sus sentidos lo más afilados que fuese inhumanamente posible, de hecho, superaba con creces los de muchos animales.
Podía ver a máximo de una distancia de cuatro kilómetros, podía escuchar cosas a más de 70 km además de poder escuchar en ultra sonido, pero lo que más le destacaba era su olfato.
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Con una sola olfateada era capaz de determinar toda la información que fuese posible de su objetivo, sexo, edad, donde estuvo, podía determinar su vida estipulando por los cambios y aromas que tenía, incluso podía reconocer el ADN de un ser.
Era capaz de reunir hasta el más mínimo detalle con solo oler el aire una vez, no solo de cosas orgánicas, incluso podía toda la información de materia inorgánica como rocas y agua.
Su olfato era lo único que había conseguido por merito propio técnicamente, la idea de la Visión de Mosca que mejoraba su vista fue de Shino, mientras que su capacidad auditiva era mejorada después de aprender a controlar el sonido por la Raiton no Yoroi.
—Llevan horas desde que se fueron— indico mirando a los lados, podía casi ver las siluetas de olores de cientos de personas saliendo—. Se fueron antes de que nosotros llegáramos, todos y cada uno.
—Dinos algo que no sepamos— le dijo Arashi después de un rato, para él solamente era ver a Naruto olfatear sin sentido.
Frotando su nariz, pensativo, el rubio dijo—Kiyoshi fue el primero en irse.
Eso fue suficiente para hacer que los tres voltearan a verlo con más que interés en sus rostros—¿A dónde crees que fue?— le pregunto Satsuki frunciendo el ceño, algo nerviosa.