El guardaespaldas III Deliciosa rendición [LayHo]

I

Lay se encontraba revisando el banquete principal y que todo lo que estuviera en el menú fuera exactamente al servicio, por la puerta de la cocina iba entrando un SuHo con amplia sonrisa e intención de acercarse al extranjero.

-Gracias por ayudarme, sabes que eres el único que podría hacer de esto un evento digno ¿verdad?

-No es nada, al final de cuentas hicimos un trato.

-Pero yo no hice nada, creo que no pude ayudar a ChanYeol, y yo...-Le interrumpió Zhang- La verdad es que también estoy arrepentido por someterte durante 7 horas- SuHo rio avergonzado recordando lo sucedido.

-Nunca estuve enojado por ello, sólo que no estaba preparado para algo así.

-Lo sé, ese fue mi error ¿Tu cuerpo está bien?

SuHo sonrió tranquilo y tocó el hombro de YiXing tratando de que no se mantuviera preocupado por ese tema más.

Justo como lo había planeado JunMyeo, la inauguración fue éxito, asistieron numerosos inversionistas, algunos chefs reconocidos que querían probar las delicias de Zhang pues era bien conocido por ser uno de los mejores en el país, también se encontraban ChanYeol y BaekHyun que no dejaban de dar demostraciones de amor, al fondo Kris mantenía en sus brazos a Tao quien se moría de frío, ver a esas parejas hacía que SuHo se estremeciera, pues era algo que él deseaba bastante pero también sabía que siendo un chico jamás podría darle la familia que tanto deseaba YiXing.

SuHo y Lay fueron los últimos en retirarse del lugar una vez todo terminado por obvias razones, ahora podía entender a Tao realmente fuera hacía un frío tremendo, Lay notó la piel erizada del bajito por lo que no dudo en colocarle encima su saco, ambos se dirigieron a la avenida, el extranjero se aseguraría de que Jun entrará a su auto, pero para sorpresa de ambos éste tenía una llanta desinflada producto de una navaja en su interior.

-¡Maldita delincuencia!- El bajito arrancó el arma de la llanta y la arrojó a la acera.

-Bunny ¿Hay alguien que te esté agrediendo?

-No, para nada, es sólo este barrio. Creen que pueden disponer de las cosas del resto, pero no hay nadie que quiera atacarme, no hay una razón- El bajito le sonrió al extranjero agradecido de su preocupación.