Nadie puede decirme que el mundo no está hecho de palabras.
Nadie puede decirme que ellas no levantas mundos, que no son puentes de distancias largas y barcas que te llevan a salvo por aguas bravas, que no son nave que te lleva de aventura, defensoras de cada curva y desventura. Jamás nadie puede decirme que los libros no son bálsamo que cura heridas, que no son escudo, espada y martillo con las que pelear por tu vida.
Porque para mí las palabras son guardianas del primer aliento y confidentes de los más íntimos secretos, son arquitectas de vidas, relaciones y sueños, compañeras en tus más férreos intentos.
Son vida y son aliento y faltan en tan escasos momentos, que su ausencia es mi pánico y tormento. Son criaturas salvajes de criterio propio, que no pueden ser usadas sin una pizca de arrojo. Para mí son fuente de fuerza, valentía y sabiduría, son un mundo compuesto de tinta, uno que crece cada día y no pienso dejar ir por lo que me quede de vida.
¡Feliz día del libro!
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Los sueños que perdimos en la niebla
AcakLa princesa y el dragón, el hombre que encontró al dios caído, el marinero que no subió al barco, la poetisa que perdió sus palabras. Todos ellos y algunos más en una recopilación de historias cortas que disfrutarás de principio a fin.