En su lugar

432 49 38
                                    

Capítulo 14
En su lugar


“Ser profundamente querido por
alguien te da fortaleza, y querer
profundamente a alguien te da valor”.

LAO-TSÉ






I

Los hechos escaparon demasiado rápido de él que fue casi imposible retractarse del camino al cual se dirigía. Avanzó del otro lado de la isla con pasos silenciosos que su sombra temblorosa en el bosque se agitó de pronto cuando unos cuantos animalitos nocturnos corrieron deprisa para refugiarse. La luna brillo intenso encima de las líneas delgadas que remarcaban su cuerpo y como si ya supiera que espacio tomar; volvió a sumergirse en la tenebrosa extensión de los árboles gigantes. Se trataba de un lugar fantástico en que aparecieron detrás del muchacho seres extraordinarios de los que nunca había conocido desde que vivía en el East Blue. Junto a ellos, sobre las tierras donde crecían una enorme hilera de arbustos, oyó voces que se comunicaban en susurros; ya que faltaban a lo poco unos metros para llegar al muelle. En cuanto surgió su presencia misma en los alrededores, echó a andar de la forma más discreta posible. Se hizo de una larga capucha para ocultar su identidad en el pueblo y agradeció también el poseer la fantástica ventaja de ser un niño. Sin embargo, por si fuera poco, la magnífica suerte que hacía de alarde en esa noche inesperada se intensifico más al presenciar a un hombre que pudo tacharlo como conocido. Lo siguió por una calle concurrida que se hallaba frente a unos portales y se detuvo escondido en una pared de concreto cuando entró a una taberna. Iba de un lado a otro mientras se encontró con uno de sus camaradas. Ambos dijeron algo que fue imposible captar para Sanji, de modo que el muchacho; desde su secreto escondite, el alma se le encendió de un sorprendente valor y también se abrió paso en la multitud del bar.

Una vez estuvo dentro ocupó un lugar en el sitio más cercano de los dos y prendió uno de sus cigarrillos.

—¿Dónde se encuentran los otros para partir? El jefe dijo que quería vernos cuanto antes.

—Todos ya están en el muelle, sólo faltaba que Mito de la orden para zarpar. Así que lo más probable es que se marchen esta noche.

Al escucharlos, el joven espía sintió que el corazón le había advertido que debía darse prisa si no pensaba perder de nuevo a su nakama. Visto que todavía se culpaba por su debilidad. Entonces, se levantó del asiento de la sórdida habitación y salió alterado estrepitosamente hacia la calle. Corrió perdido entre oscuras callejuelas baldías hasta que apareció otra vez en los confines de la isla. Fue ahí en que visualizo a varios galeones ocultos detrás de inmensas rocas. Especialmente uno que le recordó a la misera situación de su adorada Sakura.

Un impresionante navío con la figura de un dragón rojo.

—¿Está todo listo? —agrego la voz aguda de una mujer.

Sanji se apresuró al oírla y se encubrió al lado de las vigas de un puente.

—Si, señora. Nico Robín ya ha sido llevada a confinamiento.

—¿Y los otros?

—Se han comunicado conmigo y me han dicho que no demoraran mucho para llegar hasta aquí.

—Muy bien. Ahora, tú avisa al capitán, y tú prepara todo para irnos.

Los dos sujetos no tardaron en correr rumbo al barco que, a modo de pensar del pequeño que los observaba, no podía descartarlos como enemigos. Se lanzó discretamente hacia la embarcación con mayor sentido de temor al ser descubierto, en el que imagino que si no tomaba las medidas correctas podría llevarse un aciago destino en la monstruosidad que representaba; no sólo el poder del navío, sino lo que serían capaz de hacerles los tripulantes. Cuya imagen memoró durante muchos segundos en su cabeza. Pero no se acobardó en su decisión y espero a que la mujer desapareciera de su vista. Y, aunque podría no ser a los que buscaba, una esencia dentro de él le incitaba a seguirlos.

Mi espadachínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora