9. 𝙏𝙤𝙤 𝙙𝙞𝙨𝙩𝙧𝙖𝙘𝙩𝙚𝙙

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[Narrador omnisciente]

—Demonios— murmuró la chica de manera exasperada al haber botado sus llaves al suelo por tercera vez.

La pelinegra había estado hasta tarde la noche anterior terminando un trabajo que  definiría su calificación final. Obviamente, tratándose de una chica tan perfeccionista como lo era Violet, había revisado ese ensayo miles de veces tratando de encontrar algún error.

Se colocó un hoodie por encima, ya que llevaba ropa deportiva; luego de haber enviado su trabajo, le fue complicado conciliar el sueño así que decidió hacer lo único que lograba apaciguar su ansiedad y callaba aquellos molestos e innecesarios pensamientos.

Antes de salir, se topó con la gran caja que había recibido unos días antes, había hablado de ello con Caroline y al parecer, el paquete no era suyo.

<<Podría dejarlo de pasada>>

Se quedó unos minutos meditando qué haría con ella hasta que decidió dejarla en el lobby.

Dejó su bolso en el mesón, soltó un suspiro con deje de cansancio y se agachó para poder levantar el paquete. Una mueca de sorpresa se esparció por todo su rostro al sentir el peso del paquete, era mucho más liviano de lo que esperaba. Supuso que debido al largo de la caja sería algo pesado.

Con algo de trabajo abrió la puerta, luego de comprobar que llevaba sus llaves consigo cerró su puerta con el pie y tomó el elevador.

Luego de unos minutos el elevador emitió el usual sonido que hacía cuando habían llegado al piso deseado. Soltó un soplido para apartar un mechón de cabello que estaba molestándole y salió del elevador.

Justo cuando iba saliendo se topó con algo —supuso que era una persona— y cayó al suelo. Un quejido de dolor se escapó de sus labios al sentir su trasero chocar con el suelo.

—Lo lamento demasiado, fue mi culpa. Iba distraído y... lo lamento, espero que no te hayas hecho daño.— al escuchar su voz el corazón de la francesa se aceleró. El lindo muchacho tomó la caja que llevaba en brazos y le brindó su mano para ayudarla.

Su corazón se detuvo completamente, esa voz la conocía a la perfección; aquella voz le había quitado horas de sueño y le había causado miles de sonrisas.

Tomó la mano que le brindaba con nerviosismo y levantó su vista. Lo primero que notó fueron esos hermosos ojos marrones, aquellos con los cuales había soñado incontables veces y deseado admirar con tanto anhelo.

More than just a fan [shawn Mendes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora