Ouma es un mentiroso sin piedad a primera vista pero... ¿ Realmente es así? ¿Habrá alguna razón para que mienta? O... ¿Sería capaz de llevar una mentira hasta el límite solo para salvar a los demás?... El pequeño pelimorado oculta muchas cosas ¿ Ser...
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¿Un juego de matanza? ¿A quién se le ocurriría llevar a cabo algo tan loco?. Sea como sea, alguien tiene que pararle los pies a ese maldito oso robot
Mi pequeña cabeza se había puesto en marcha desde que escuché aquella barbaridad, ya tenía un plan
Nos encontrábamos todos en el comedor, observé como charlaban amigablemente entre ellos, especialmente aquel chico llamado Saihara y la pianista Kaede. Habían decidido por su cuenta ir a investigar las instalaciones, no podían parecerme más sospechosos
Sin que nadie me notase irme - pues ya estaba logrando ganarme el odio de la gente - me levanté y salí por la puerta que llevaría al exterior. Caminé durante un rato por los alrededores hasta que un pequeño ruido me hizo alertarme
- Ah, perdón - dijo el chico de cabellera verde - ¿Te asusté?
- No... - respondí, no confiaba mucho en él -
- Me alegra oír eso - sonrió y se puso a mi lado - Y dime, ¿Qué haces, Ouma-kun?
- Nada en especial - me limité a decir -
- Vaya, eres un poco frío con las personas - se rascó la nuca - Bueno, no importa. Es comprensible
Le miré extrañado, ¿Qué quería?
- ¿Te importa si me quedo contigo? - preguntó -
- ¿Sospechas de que pueda hacer algo? - le devolví lo cuestionado -
- Demasiado directo - se encogió de hombros - No, no sospecho de ti. Puede que a todos los engañes con tus mentiras y actuaciones, pero eso en mi no funciona. Sé como eres realidad
Sonreí
- Supongo que si, te puedes quedar conmigo - me di la vuelta para observarle mejor - Gracias por compartir tu tiempo, Rantaro Amami
Vi al detective salir con aquella mujer por la puerta trasera también, sin poder evitarlos, los seguí con la mirada
- Te interesa Saihara, ¿Eh? - se burló -
- Me da curiosidad, supongo - admití - Pero no va a más de eso
Seguí caminando con él a mi lado, hablando de cosas triviales comenzamos a conocernos mejor.
- Vaya, ya es de noche - comentó al oír el anuncio de Monokuma - Supongo que tendremos que ir a los dormitorios
- Sí... - me levanté del césped - Vamos
Quién pensaría que fue así como hablé por primera vez con la persona que sería mi mejor amigo
