Negro Y Blanco. Jack y Jill

9

Todo el alimento de los chicos salieron disparados a la cocina, estaba embarrado en sangre incluyendo al payaso.
Su mirada algo confundida estaba clavada en mí mientras lamia sus labios manchados.
El sentimiento que ese chico producía en mí era nuevo, pero él no se comportaba como otro payaso...

Quizás lo mal interpreté, el es sólo otro frío asesino.

Navegando en mis pensamientos, la presencia de todos en la sala hizo que cayera del barco haciéndome despertar.

-porqué te metiste a la nevera? - preguntó Eyeless confundido.
-cómo se metió ahí?
-puedes tele transportarse?-preguntó el rubio.
-sí.
-wao!
La cara de sorpresa de parte de los nuevos era muy graciosa.
-sólo diré que deben limpiar todo esto antes de dormir. Vengan todos, se les distribuirá las habitaciones-anunció Slender.
-quiero la última habitación-dijo el payaso andes de que todos se fueran
-entonces iras con Liu.

Entonces, esta a lado de mi cuarto.

Mientras los payasos limpiaban la cocina en completo silencio. Las miradas eran más frecuentes y la tensión era más grande entre ciertas unidades.

-no sé qué le ven a la plana-escupía Jeff tirado en el piso mientras miraba el techo. Tenía un sabor amargo en la boca-y ella es una cualquiera!-grito para luego aventar un peluche a la pared.
-porqué te preocupa?-preguntó Eyeless.
-quisiera saber la respuesta a eso-respondió enojado.

Luego de que los payasos terminarán su tarea ambos caminaban hacia sus habitaciones. Una puerta a lado de la otra, Jack al notarlo gruñó y cerró la puerta con fuerza y se encontró con los ojos verdes de Liu que amenazaban con salir de sus cuencas y matarlo si volvía a hacer eso.
En la mente de Jack habían un sin número de preguntas sobre aquella chica colorida.
¿porque ella puede tele transportarse?

Mientras que del otro lado ella intentaba no tomar importancia a lo que paso.
Después de tomar una ducha caliente y vestirse, salió descalza al balcón. El viento movía su largo cabello rojo, todas las noches observaba la luna y recordaba esos días en los que era felíz con su creadora.
Un estruendo se escucho dentro del cuarto-Adivina quien es tu compañera de cuarto!!-grito Zero entrando a la habitación con sus maletas.
-oh no-susurre para mí misma.
-he llegado tarde porque mientras que tú estabas con tu nuevo amigo-guiño el ojo al decir eso-todos los demás planeamos ir mañana al lago!

Me acosté en mi cama-porqué mañana?
-porque las chicas quieren usar sus vestidos de baño para...-se detuvo en seco como si hubiera dicho algo q no debía-como sea! Hablaste con tu nuevo amigo?-su mirada cambió totalmente a una relajada.
-no hemos hablado... Creo-dudé al no tener recuerdos claros de lo que pasó.
-bueno! Mañana lo harás!-grito entusiasmada.
-crees que le agrade?
-claro que sí! Ahora duerme! Mañana será un gran día!

Algo me estaban ocultando... Eso era seguro.

Recosté mi cabeza a la almohada intentando no pensar, simplemente hundirme en un pesado sueño... O más bien, pesadilla...

Me podía observar a mí misma en tercera persona, como si me estuviera viendo desde otro cuerpo. El sonido de mi caja musical resonaba por todos lados, la melodia por alguna extraña razón era más lento de lo normal.
Otra vez me encontraba en un circo, todo parecía estar normal.
Recostada a un lado de la entrada con una gran sonrisa, empecé a caminar mezclandome entre el público y encantando a todos con  mi sonrisa. Llegué al área de las atracciones, la canción ya estaba en su velocidad original. Entré al carrusel mientras comía un algodón de azúcar, saludaba a los niños y les regalaba dulces.
Al bajar de la atracción , mi música otra vez cambió de velocidad, ahora era más rápido y su velocidad aumentaba con el tiempo.
Me acerqué a la montaña rusa, había un niño con ganas de trepar la tracción, el problema es que no tenía compañía.
Me ofrecí a acompañarlo pero al sentarme utilice mis poderes.