Defiéndete de una maldita vez [Jungkook] [Completa]

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  Mitad del año escolar, creo que vengo reprobando casi todas las materias pero no me importa.
Siempre es divertido burlarse de los idiotas de cuarto año para abajo, y más cuando intentan defenderse inútilmente ya que me dan más razón para golpearlos.

– Oye Jeon, oíste los rumores? – Jimin se me acercó para decirnos más de sus chismes.

– Lo de la chica nueva? – Suga rió burlonamente soltando el humo de su cigarro en la cara de Jimin.

–No hagas eso...– tosió – Ya lo saben?...dicen que sus padres y su hermano la trajeron el primer día – rió sentándose junto a Hoseok – seguro es toda una princesita rosa.–

– Una niña mimada eh?. Perfecto, hace mucho que no llega nadie nuevo, ésto será divertido – bueno, había que enseñarle quién manda aquí.

– De qué curso es? – Taehyung también llegó.

– Emm tercero,creo... Iré a ver si ya entró.– Namjoon acomodó su chaqueta y caminó hacia el pasillo mordiéndose los labios.

– No te le acerques, yo la saludaré primero – Claro que yo era el líder de este par de idiotas. Jimin solo es un chusma que busca pleito, Suga era más callado pero al igual que yo le gustaba humillar a los demás,  Namjoon solía creerse el líder pero ya lo puse en su lugar, y Hoseok y Taehyung sólo me seguían en lo que sea que quiera hacer.

– Como quieras – su disgusto era claro pero no podía hacer nada más que obedecerme.

[Primer recreo]

Ya la he visto en los pasillos, una pequeña chica de piel blanca, mejillas y labios rosas con un cabello rosa pastel, llevaba una libreta grande con un fibrón negro... chica estudiosa?. Como sea, ahora voy a "saludarla".

– Está ahí – me indicó Jimin al verla sentada en una banca. Al parecer intentó sociabilizar y falló.
Todos la rodeamos así que se puso de pie y yo me acerqué.

– Oh, sí que eres toda una princesita.– reí al ver su carita confusa.

– Escúchame, desde hoy harás todo lo que yo te diga, yo tiro de los hilos, tu te mueves, entendido?– intentaba intimidarla, siempre funcionó bien.... pero ella sólo sonrió y tomó su libreta.

– No dije que la agarraras – con una sola mano empujé sus pequeños brazos y la libreta cayó. Los chicos rieron, pero ella solo intentó levantarla, así que la pisé y ella simplemente intentó estirarla.

– Bien, tómala – quería saber para que quería esa ahora maltratada libreta amarilla. La tomó y empezó a escribir algo. La miré confundido.