Defiéndete de una maldita vez [Jungkook] [Completa]

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Cada día era más difícil hacerle daño. La última vez Hoseok casi le rompe un brazo. Tenía muchos moretones que ocultaba a toda costa. Todos los días volvía a su casa con su uniforme sucio por culpa de que siempre la arrojábamos al suelo, cada vez se veía más y más débil y tiste. Pero siempre seguía sonriéndome como si yo fuera la persona más amable del maldito mundo. No podía odiar más eso y ese estúpido sentimiento de culpa.

[A la mañana siguiente]

Salí de casa temprano, por alguna razón quería llegar antes al instituto.
No había muchas personas en los pasillos y las que había se quitaban del camino para que yo pasara... Menos ella, estaba de espaldas en el medio del pasillo.

- No me des la maldita espalda y quítate - sabía que no me escuchaba pero daba igual. La empujé contra cualquier casillero, se asustó mucho y se paró rápidamente. Todos los chicos reían, si todos eran unos idiotas y yo me incluyo. Luego fui a mí curso y dejé mis cosas para salir nuevamente a buscarla.

Pasillo? no, biblioteca? no, cafetería? no. Entonces fui al patio trasero y sí estaba ahí, pero no sola. Pude ver a tres chicos de cuarto año molestándola, la empujaban e incluso la patearon muy fuerte, ella estaba llorando.

Los idiotas que tenemos por profesores ni se enteran, o les importa una mierda.

Me miró, sus ojitos brillaron al hacerlo, tal vez creyó que yo iba a ayudarla. - Bienvenida a tu nuevo colegio - susurré con una sonrisa burlona. Y simplemente la dejé ahí, la buscaré luego. Aún así me sentí extraño.

Bien, hoy no ha asistido un profesor así que tengo media tarde libre, veré si la princesita también.
Salí a los pasillos de tercero y ví que no había casi nadie en el curso, supongo que estará en el patio o escondida en algún lugar.
La busqué por todos lados y cuando casi me rendía la encontré detrás de los bancos de la tribuna agachada.

- Ahí estás - estiré un mechón de su rosado cabello y ella simplemente me miró, tenía la nariz roja y sus mejillas húmedas.

- Te ves fea cuando lloras - con un dedo empujé su frente.
Sacó una pequeña libreta y escribió.

" Me golpearon "

Lo sé, lo ví. simplemente sonreí.

" Cuál es tu nombre?" De nuevo esa pregunta. Le arrebaté su libreta y empecé a escribir algo.

" Quieres jugar? " Ella totalmente feliz se puso de pie.

- Eres tan idiota - me burlé, la levanté con mí brazo derecho y la cargué hasta la piscina de natación. Ella pataleaba un poco.

- Juguemos a que eres la sirenita - la arrojé al centro y el agua me salpicó un poco. Me reí aún más al saber que el agua y el clima eran fríos.

* Vamos, nada.... por que no nadas?. Maldición!* Empezó a intentar salir del agua pero se hundía más....se estaba ahogando.

- Mierda - tuve que saltar al agua y sacarla. Apenas la senté en la orilla me subí y la miré enfadado. Ella no paraba de toser.

El agua estaba totalmente congelada, me moría de frío. Y todo por que la estúpida niña no sabía nadar.

- Eres una inútil! - le grité inútilmente y me largué de ahí. Ella temblaba y seguía asustada.

- Casi la mato.... - susurré mirando mis frías manos que no paraban de temblabar.