2. Bañera

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Al solo escuchar los pasos  provenientes de la cocina, podía imaginar las cosas que hacía. Tenía un dolor de cabeza tan fuerte que sentía que ni podía moverse, ya que el dolor aumentaría. Eso sumado con los pétalos que le daban un dolor indescriptible, básicamente quería morir a seguir así, le parecía muy deprimente.

Estaba en su cama, tratando de disminuir el dolor de cabeza, sin embargo no tenía pastillas, y sin ellas, no sería gran ayudar esperar.

— Quizá... Un baño me ayude a calmar el dolor. — Murmuró con un hilo de voz.

Se levando con dificultad y como pudo agarro las cosas necesarias para poder meterse a la tina, darse un relajante baño podría servir a calmarse ¿cierto? Bueno, eso leía, nunca se vio en la necesidad de hacerlo de una manera tan desesperada.

Se metió al fin, el sentir el agua tibia en su cuerpo lo relajaba, sonrió levemente, cerrando los ojos. Si fue buena idea...ultimamente no se había cuidado como se merece, por la tensión constante en la que estaba por el rubio y el miedo de empezar a toser de nuevo lo acorralaban lo siempre. No podía estar tranquilo en ese lugar junto con esa persona tan prepotente, simplemente no podía.

Se dejó llevar por sus pensamientos, hasta que el dolor de cabeza cesó. Se sentía aliviado y de alguna manera ligero, estaba bien, y moderadamente feliz por ello.

Toda tranquilidad y escaza felicidad se le fue arrancada, con una simple oración.

— Sigo esperando. - Escuchó levemente.

El le hacía cena siempre, básicamente cena, comida y desayuno, siempre se ofrecía para encargarse de eso, ya que Popee supuestamente trabajaba y el se quedaba en casa, creía que debía de ayudar en algo por lo menos. Eso se repetía al hacer cada cosa que ver con su hogar, eso era antes, ya no le estaba poniendo tanta atención a ello.

Al parecer Popee se acostumbro a esperar la comida siempre. En eso sí se culpo Keda.

— ¡Ya voy! — Contestó el.

Le dolió gritar. Un ardor en su garganta se hizo presente.

— Ya ni para eso me sirves... — escucho levemente, sintió un hueco en el pecho.

Lentamente se dejó caer dentro de la tina de nuevo, se sentía mal, le dolía aunque quizá no fuera gran cosa para unos. Siempre se imaginaba si Popee también lo amara, si que sería muy feliz. Nunca realmente se sintió amado de verdad, nunca conoció a alguien que lo amara como el amaba a las personas. Pensaba que el era el único que tenía sentimientos en esas situaciones. Era realmente difícil para él. Siempre sintió cariño por las personas y el sentía que nunca encontraría el amor...

Se quería levantar, con el miedo de que otra vez le gritaran, pero ni fuerzas tenía. Se sentía débil de nuevo. Cuando sintió el ardor en su garganta, sabía que tenía que quedarse ahí, a menos de que quiera que Popee se entere apenas a principios de esta etapa, no, claro que no.

Se acostó completamente en la bañera, tratando de disminuir el riesgo de toser, no quería sentir esa sensación tan dolorosa de aquellos pétalos recorrer su garganta.

Cuando pensó que todo iba a mejorar, no cayó en cuenta cuando la bañera se había tornado rojiza, eso junto con varios pétalos. Miró con la vista nublada aquello, con una expresión horrorizada. Al escuchar pasos acercándose, se apuro con dificultad en tirar los pétalos y quitar en agua.

Detestaba lo que Popee le hacía pasar inconscientemente. Lo amaba y en verdad estaba sufriendo por ello.

ʜᴀɴᴀʜᴀᴋɪ 🌷 || ᴘᴏᴘᴋᴇᴅᴀ [editando] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora