Personas que llegan a tu vida para procrear algo dentro de ese paradigma que aún desconoces, abierto a cualquier posibilidad, esperando que el resultado final no se convierta en una pesadilla y que el amor que un día implantó, sea el recado que deje de por medio.
Al terminar su ciclo en tu vida, existen dos cosas que puede volver esa persona dañina, aceptar todos sus errores y perdonarlo cada vez que se atreva a fallarte y lo otro es amar a esa persona como si no tuviera razón de dependencia. Te equivocas cuando permites eso, estás propenso a que te ponga por el subsuelo y que todas las cosas sean mala para tu entorno.
Solo sientes íra y a la misma vez placer. Recordar aquello que te trae dolor es lo más nefasto que te puede pasar.
Hay que ser valiente y soltarse de todo ser humano que te cause daño, a pesar que también te regale alegría, es un círculo vicioso que solo gana el más fuerte, porque si seguimos siendo débil, siempre tendremos ese lugar guardado en la esquina de los perdedores.
Su silueta se vuelve cada vez más borrosa, su olor se vuelve diluyente, y sus recuerdos un pedazo del ayer.