"El Secreto Del Príncipe Luna"

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Kubo: ...
Leo: Kubo ¿Estas bien? Te quedaste callado
Kubo: ¿oh? No es nada
Leo: ¿seguro? Puedes confiar en mi
Kubo: Creí que no lo notarías. —Suspira— Te contaré
Leo: —se pone cómodo—
Kubo: Recuerdas la historia que te conté el otro día ¿no?
Leo: ¿Sobre lo de tu niñez?
Kubo: Así es.
Mi abuelo falleció hace casi un año. Dos días después, un ejército bajo del cielo por la noche. Venían por mi, dijeron que querían tomar mi ojo para poder subir y tomar el lugar que era de mi abuelo.
Leo: ¿Tomar tu ojo? No entiendo... ¿Cómo tendrían tu ojo?
Kubo: Fácil —se quita el parche- Arrancándolo como mi abuelo lo hizo con el otro cuando era un bebé
Leo: –le da escalofríos— Eso... nunca lo mencionaste.
Kubo: En fin, no quise ir con ellos y atacaron mi aldea. No...pude salvar a nadie. De inmediato salí de Japón. Creí que si me alejaba no me encontrarían, pero me equivoque. Fui descuidado y saben que estoy en México. Si un poco de luz de luna me toca, ellos bajarán y matarán a cualquiera que les impida tomar mi ojo y llevarme.
Leo: Pero... eres una clase de príncipe. Si subes, serías rey ¿por qué no vas? ¿Es por tu ojo? ¿No quieres que te lo quiten? Ó ¿te da miedo no ser un buen rey?
Kubo: No es nada de eso. Es que...
Leo: ¿"Es que"?
Kubo: Me encanta vivir aquí —le sonríe—
Leo: Entiendo. Perdón por hacerte contar esto, no quise molestarte
Kubo: No hay problema. Y ¿no me tienes miedo? Ya sabes, por ser un raro príncipe tuerto que huye de sus deberes reales
Leo: Ja! ¿Ya olvidaste con quien estás hablando? Después de lo que he pasado, nada me asusta. Mucho menos alguien de la realeza
Kubo: Tienes razón, tus aventuras fueron increíbles
—bosteza— Estoy cansado... —se cubre con las sábanas—
Leo: Buenas noches, su alteza real
Kubo: おやすみ (buenas noches), Chisguete
Leo: ¡Hey! —le lanza una almohada—
Kubo: おい! (Oye!) —se levanta de la cama— ¿como osas atacar al próximo Rey Luna? —toma una almohada y lo golpea—
Leo: No creas que por ser de la realeza tendré piedad de usted —se lanza sobre el—
Kubo: —ríe—

—caen de la cama—

Leo: Auch...

—se miran a los ojos—

Leo: —Se sonroja—
Kubo: —cubre su ojo izquierdo con su cabello— Em... ya hay que dormir —se quita de encima de Leo— Buenas noches —sube a la cama—
Leo: Buenas noches, Kubo. —apaga la vela—

Kubo: ¿Qué fue eso? ¿Por qué mi corazón...
Leo: ...latió de esa forma cuando lo vi a los ojos? Me siento muy raro cuando estoy con el —se cubre la cara con la almohada— ¿¡Qué me está pasando?!

A la mañana siguiente...

Kubo: —se levanta de la cama— ¿Leo? —se pone el parche y baja a la cocina—
Nando: Buenos días, Kubo ¿dormiste bien?
Kubo: ¿Qué es ese olor?
Nando: Estoy preparando el desayuno ¿no hule delicioso?
Kubo: —se cubre la nariz— キモイ! (¡que asco!)
Leo: Ya volví... ¡Ahg! ¿A que huele?
Nando: Estoy haciendo huevos para desayunar
Leo: ¡déjame ver! —mira dentro del sartén— ¿Esos son los huevos que estaban en la bodega?
Nando: Así es
Leo: ¡Ash, Nando!
Nando: ¿Qué?
Leo: Te dije que estos huevos están podridos ¿¡por qué no te fijas?!
Nando: ¿¡Yo que voy a saber?! No soy experto en huevos. Además tú tienes la culpa ¿para qué los dejas ahí?
Leo: ¡Los iba a tirar hoy! ¡Bueno! Compre más, por eso salí temprano. —va a la bodega por ellos y regresa a la cocina— Aquí están
Kubo: —toma el brazo de Leo—
Leo: Em... Kubo ¿qué haces?
Kubo: Quiero...cocinar
Leo: Pero eres nuestro invitado
Kubo: Insisto. Se cocinar muy bien —le sonríe—
Leo: —se sonroja— Ay...
Nando: Ya que insistes, adelante. Puedes tomar todo lo que necesites
Kubo: ありがとう (Gracias), Nando —Se recoge el cabello—
Leo: Ay...
Nando: Ya siéntete Leo. ¿Qué te pasa? Estás todo menso
Leo: ¿A mi? No me pasa nada. Jajaja —se sienta—
Nando: Por cierto, Kubo, ¿no quieres que te ayude a...?
Leo: —se levanta de golpe— ¡Yo te ayudo!
Nando: ...
Kubo: えと...(esto) No te preocupes, yo puedo solo
Leo: Si, claro. Sigue —se cubre la cara y vuelve a sentarse— lo siento
Nando: Me acompañas un momento allá afuera, chisguetito —lo toma de la camisa y lo lleva afuera—
Leo: ¿Ahora a ti que te picó?
Nando: Yo te pregunto lo mismo ¿por qué estás actuando tan raro?
Leo: No estoy actuando raro.
Nando: Te conozco, Leo. ¿Qué es lo que te pone tan nervioso? Acaso ¿Kubo es el que te pone nervioso?
Leo: Cállate, no quiero que te escuche —susurra—
Nando: Entonces ¿si es eso?
Leo: No, ¿por qué me pondría nervioso? —regresa a la cocina—
Nando: Ay, hermanito. No sabes ocultarlo

【僕のメキシコ人】||KUBAN|| Y A Ø I Donde viven las historias. Descúbrelo ahora