【僕のメキシコ人】||KUBAN|| Y A Ø I

"Carga Del Pasado"

Leo: —camina por el bosque a la mitad de la noche—

Ya caminé mucho ¿me habré perdido? Aunque, ahora que lo pienso... este bosque es diferente.

—siguió caminando hasta llegar a un campo de agave—

Este lugar luce familiar, pero no puedo recordar... ¿Dónde he visto esto antes?

—se escuchan pasos—

Leo: —se da la vuelta— Buen intento, Nando. No vas a asustarme esta vez

—se acerca a un agave— ¿Nando? ¿Estás ahí? —mira detrás del enorme agave— No... hay nadie

Kubo: ¡Leo!
Leo: ¿¡Kubo?! —sigue su voz—
¡Kubo! —lo encuentra sentado junto a un agave— Kubo, ¿qué haces ahí? ¿Estás bien? —toca su hombro—

Kubo: Te lo dije, Leo
Leo: ¿Qué?
Kubo: —se desvanece entre humo de color negro—
Charro Negro: —toma a Leo de los hombros— No puedes evitar tu destino —le susurra—

Leo: —Despierta de golpe— ¡AHHHH!
Kubo: ¡Leo! —se levanta de la cama y enciende la vela— ¿Qué ocurre? —se acerca a él— Estás sudando mucho
Leo: Sólo fue un sueño —cubre su cara—
Kubo: ¿Quieres que te traiga un poco de agua?
Leo: No es necesario. Aunque... —toma su mano— ¿podrías dormir conmigo en la misma cama? Sólo por hoy —se sonroja—
Kubo: —le sonríe— Por supuesto
Leo: —se hace aún lado para que Kubo pueda acostarse junto a él—
Kubo: —lo abraza— ¿Mejor?
Leo: Mucho mejor —besa su frente y lo abraza más fuerte—
Kubo: Leo ¿Qué fue lo que soñaste?
Leo: Que raro, ya lo olvidé.
Kubo: Me está mintiendo
Leo: ¿Ya puedo apagar la vela?
Kubo: Si, hazlo
Leo: ¿Se molestó? ¿Dije algo malo?
Kubo: Leo
Leo: ¿Si?
Kubo: No es necesario que mientas. Puedes contarme lo que sea
Leo: Se dió cuenta
Kubo: —Se queda dormido—
Leo: ¿Por qué soñé eso? Acaso él... ¿no se ha ido? —Suspira— Estoy muy confundido

Más tarde por la madrugada...

Leo: No puedo dormir. Necesito aire fresco —se levanta con cuidado de la cama para no despertar a Kubo y se va—

Hace demasiado frío, debí traer algo con que cubrirme —camina hacia el bosque— Tal vez no deba alejarme tanto. Bueno, no tardaré

—mira el cielo— La luna se ve hermosa, me gustaría que Kubo pudiera verla conmigo. Si tan sólo fuera tan fuerte para poder protegerlo, pero soy muy débil. No podría pelear contra ese tal Tsuyoshi

¿?: Hay una manera, Leo... —ríe—
Leo: ¡Esa voz...!

Charro Negro: —sale de las sombras— Cuanto tiempo, Leo San Juan —le sonríe—
Leo: ¡Tu! ¿Qué haces aquí? Creí que habías... dejado de existir
Charro Negro: ¿Dejar de existir? ¿Yo? ¡Ja!
Mientras la gente siga suplicando que se cumplan sus deseos y ambiciones, siempre estaré ahí para ayudarles
Leo: Más bien, mientras haya almas inocentes que tomar
Charro Negro: Ya me conoces bastante bien —se acerca a él—
Pero sólo mírate, ya eres todo un hombrecito ¿Qué no? Aunque batees para el otro lado
Leo: Eso no te importa
Charro Negro: Tranquilo, no tengo nada en contra de eso. Es sólo que no lo ví venir
Leo: —se da la vuelta— Si es todo lo que vas a decir, me voy...
Charro Negro: Espérate —lo toma de los hombros— No he terminado.
Leo: ¿Y bien? ¿Qué quieres?
Charro Negro: He venido a ayudarte, mi Leo
Leo: ¿Ayudarme? ¿Con qué?
Charro Negro: No te hagas, si lo dijiste hace un minuto. Algo sobre proteger a Kubo ¿o me equivoco?
Leo: No... sabía que estabas escuchando. —voltea a verlo— ¿Y cómo me ayudarías?
Charro Negro: Muy fácil. Si aceptas mi ayuda, te otorgaré el poder que rechazaste hace 13 años
Leo: No, no acepto. Se lo que tramas, no voy a caer de nuevo
Charro Negro: ¿¡Qué no quieres protegerlo?! ¿¡Qué esté a tu lado para siempre?!
Leo: ¡Claro que quiero, pero esa no es la manera!
Charro Negro: ¿Y qué otra opción tienes, muchacho? Imagina todo el poder que tendrías. Con eso, serás capaz de proteger a Kubo y más. Serás muy poderoso, Leo
Leo: ¿Todo el poder...?
Charro Negro: Estás dudando ¿verdad? Sé que vas a aceptar con tal de proteger a tu japonecito de ese sujeto
Leo: Está bien, lo voy a pensar. Pero no te aseguro nada
Charro Negro: No es lo que esperaba oír, pero me voy satisfecho
Leo: Oye, si acepto... ¿Hay alguna forma de desarme del trato después?
Charro Negro: Si, hay una forma. Si deseas cancelar el trato, tendrás que darme un alma a cambio.
Leo: Lo sabía.
Charro Negro: No importa de quien sea, el chiste es que tú la tomes y me la entregues
Leo: Bien, cuando te necesite te llamar...
Charro Negro: No te preocupes, yo sé cuando me necesitan. Llegaré en el momento correcto sin que me lo pidas —desaparece—