Capítulo 7

39 4 4
                                    

Emiliana se encontraba en una camilla de hospital. Después de un par de horas, seguía inconsciente.

Durante el percance, Zac llamo con urgencia a Thomas, creyendo que éste era su padre, aunque el padre de Emiliana llevaba por nombre Mark.
Zac creyó que era su segundo nombre o algo parecido, porque si no, ¿por qué Emiliana le habia pedido que le llamara en un momento tan delicado como en el que se encontraba?

La verdad es que Zac en esos momentos de desesperación lo último que su mente podía hacer era pensar con claridad.

Al poco tiempo de ser hospitalizada en el lugar donde Thomas le dijo, le conocío y se llevo la gran sorpresa de enterarse que era nada más y nada menos que su psiquiátra y no su padre; como el pensaba.

Su mente era todo un remolino, nada estaba claro, era un laberinto sin salida. Tenía tantas preguntas y ningúna respuesta.

Cómo por ejemplo, ¿por qué Emiliana se había desmayado? ¿Qué era lo que pasaba, qué tenía?, y, ¿si era algo grave?, se le veía muy mal, demasiado.
Y también, ¿por qué tenía un psiquiátra?, okay, Zac era consciente que hoy en día ya era demasiado común el asistir a un psicólogo, por el bien de una buena salud mental. Pero, de verdad, ¿Emiliana acudia a un psiquiátra y no a un psicólogo?
¿Cómo por qué demonios iría a uno?

Entonces Zac comenzo a unir cabos sueltos, tratando de abrirse a todas las posibilidades.
Cuestionandose el, ¿y si Emiliana verdaderamente mato a Roger?
Claro, lo mató, tiene alguna especie de enfermedad mental que influyo en el crímen y por eso tiene que ir con un psiquiátra; pensó Zac.

Un escalofrío recorrio su cuerpo y sacudió la cabeza, rió con nerviosismo.

•Basta de tantas preguntas o te volveras loco•, se dijo así mismo.

Estaba en la sala de esperas del hospital, su cara reflejaba preocupación, todo su cuerpo de hecho.

Camino por todo el lugar, dando vueltas y vueltas, hasta que se canso de esperar, esperar y sin que nadie le dijera absolutamente nada de como se encontraba Emiliana y el por qué el desmayó.

Se acercó a paso firme a la enfermera que estaba en recepción.

-Disculpa, ¿cree que pueda entrar a ver a Emiliana Lowell? -preguntó. 

La enfermera sólo lo miró y después al computador que tenía enfrente de ella, revisando el expediente de Emiliana.

-Solamente los familiares tienen autirización de visitarla -respondio la rubia.

-Yo soy su... hermano -trago saliva. Sólo era una pequeña mentirilla.

-¿me permite su identificación? -pidió la enfermera.

¿Por qué las cosas no podían ser mas fáciles?

-con todo el percance se me ha olvidado la billetera -mintió nuevamente. Claro, le entregaria su identificación donde claramente dice Zac Benett.

La enfermera entrecerro los ojos, observandolo, no muy convecida con su historia.

-Mi nombre es Zac Lowell, por favor, nada más quiero ver a mi hermana -agregó Zac, intentando sonar lo más convincente posible.

-De acuerdo -suspiro la enfermera. -puedes pasar, esta en la habitación 309.

Zac le agradecio infinitamente y fue casi trotando a la habitación donde se encontraba.

Al entrar al lugar, sintio una punzada en el pecho.

Emiliana seguía inconsciente. Sus ojos se veían hundidos, tenia los labios de un color rosa pálido, apenas visible. El cabello era todo un lío. Emiliana se veía mal.

Quédate conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora