• CAPÍTULO 3 •

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♥Te recomiendo escuchar "The Garden of Everything" de Maaya Sakamoto y Steve Conte, mientras lees este capítulo

El calor de la leche tibia se deslizaba por su garganta y calentaba su cuerpo. Taehyung intentaba no atragantarse con ella, ya que el hambre que había sentido por días se volvía desesperante.

Limpió su boca, al percatarse que un fino hilo de leche corría por la comisura de sus labios. Dejando aquel vaso vacío sobre la mesa de madera a la vez que soltaba un suspiro de satisfacción.

La anciana mujer que se encontraba vigorosamente cocinando una especie de estofado, rió al apreciar la ansiedad con la que había devorado las tostadas y el jarrón de leche que había servido para él.

Mientras Taehyung avergonzado por la situación, tamborileó silenciosamente sus dedos sobre una de sus piernas, observando la modesta morada que le estaba recibiendo.

La pequeña casa estaba hecha de madera, evidenciada en sus avejentados tablones dispuestos en las paredes, techo y piso de esta. Habiendo además, pequeñas estanterías con utensilios de cocina, loza y hierbas.

Las ventanas que daban una vista preciosa al gran valle por entre las montañas, poseían dos o tres vidrios trizados. Sin tener cortinaje que ocultara los rayos del sol o les ocultara bajo la noche.

Al centro le adornaba una cocina, contigua a una mesa con un par de pisos de madera, en uno de los cuales se encontraba sentado en ese momento Taehyung. Quién agradecía sentir la calidez de un espacio cerrado luego de días y noches a la intemperie.

El sonido de la madera que crujía en el segundo piso de aquella casa, le hizo buscar con su mirada el origen de aquel ruido. Dando con una sencilla escalera, similar a la de un camarote de la cual venía bajando aquel chico.

La mujer realizó unas señas con sus manos, indicando algo que Taehyung no pudo comprender del todo, hasta que aquel chico se acercó hacia él y dejó unas prendas de ropa sobre la mesa.

-Ahí tienes ropa limpia para que te cambies--habló la anciana mientras cortaba unas verduras - Es de Jungkook...tal vez le quede un poco pequeña, pero créame que es mucho mejor que esa húmeda y sucia ropa que trae puesta.

Taehyung se encogió sintiéndose un poco intimidado por su aspecto.

Había estado días utilizando las mismas vestimentas y se sentía acomplejado pensando en que debería estar oliendo realmente mal.

-Mm..muchas gracias- atinó a decir, a la vez que tomaba aquellas prendas y hacía un gesto de agradecimiento a aquel chico que se había quedado petrificado mirándolo.

Lo cierto es que el chiquillo de ojos azules no le había despegado la mirada de encima desde que habían llegado a aquel sitio. Escudriñándolo minuciosamente entre los lapsos en los que la anciana no le señalaba una nueva acción que hacer.

Y bueno, tal vez había una curiosa posibilidad de que Taehyung también le hubiese estado viendo más de lo debido.

Como le hacía en ese momento.

-¿Cuántos días dices que has estado perdido en el valle?-habló de pronto la mujer.

-Ehhh...creo que cerca de tres semanas-respondió intentando no intimidarse por el modo en el chico caminaba frente a él, sin pretender soltar su mirada.

El muchacho tenía rasgos que Taehyung creía nunca haber visto en alguien más. Con unos ojos fulminantemente de color cielo, su piel pálida y sus delgados labios intensamente rojizos, quién se paseaba sigilosamente frente a él.

Su cuerpo fino y menudo se dejaba entrever por su blanca vestimenta, la que ligeramente marcaba su acentuada cintura.

Además estaba aquel llamativo aroma a glicinas en el ambiente, demasiado intoxicante para el gusto de Taehyung.

𝐅𝐈𝐑𝐄 𝐎𝐍 𝐅𝐈𝐑𝐄  ᵀᵃᵉᵏᵒᵒᵏ ᴼᵐᵉᵍᵃᵛᵉʳˢᵉ .•*¨¨*• ❀*̥ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora