• CAPÍTULO 4 •

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El césped se humedecía a medida que presionaba con su dedo índice el agua que salía disparada desde aquella manguera. Hyejin le había ordenado regar el vivero por la tarde, ya que el día había estado curiosamente caluroso y amenazaba con secar las hortalizas recién plantadas.

El otoño había llegado precipitadamente y con ello los meses en aquel lugar, transcurrido aceleradamente.

Meses en los que había obtenido algo de información con respecto a la situación de su reino. Al cual por consejo de Hyejin, no había intentado regresar.

Era demasiado arriesgado.

Le habían intentado asesinar.

Creyeron haberlo logrado.

Si aquellas personas sabían que él aún vivía, lejos de su reino y sus soldados. Podría ser tanto para él, su reino y su familia.

Su familia.

Claro que no les olvidaba.

Por su puesto que les pensaba cada noche antes de dormir. Y cada mañana después de despertar.

Solo les quedaba confiar en la sabiduría de su tío Insung y la fortaleza de su madre. Deseando que ésta armara de valor a Seulgi.

Seulgi.

Esperaba con esperanza que alguien que pudiese resguardarlo de regreso a Yeoreum le encontrara. Ya que no podía ingresar a la cuidad, con la incertidumbre de que sus sicarios se encontrasen en ella.

Pensar en aquello le exasperaba en demasía.

— ¡Señor rey Taehyung!— el grito de Hyejin le hizo atizar buscándola con la mirada—¡¿Podría ir a buscar los huevos al gallinero?!—le dijo la anciana desde la ventana de la casa.

—¡Esta bien!—respondió él mientras buscaba con la mirada a Jungkook, quien se encontraba sacando algo de maleza por entre las hortalizas.

Lo cierto es que durante aquellos meses había aprendido a comunicarse con el chico. Comunicación que si bien no era perfecta, les permitía relacionarse un poco más sin necesidad de que Hyejin estuviese participando de interlocutora todo el tiempo.

Se acercó con sigilo donde el chico y tocó su hombro, indicándole con sus manos que iría a recoger los huevos de la tarde al gallinero. A lo que Jungkook asintió y le señaló que le dejase la manguera para que él continuase con aquella labor.

Taehyung le miró y le entregó el utensilio, rozando ligeramente su mano con la de él.

La sensación adormeció su piel.

Algo que venía sucediendo silenciosamente entre ellos desde que se comenzaron a acercar.

Algo que Taehyung pretendía ignorar, aun sabiendo el modo en cual el Jungkook le miraba cada vez que interactuaban.

No quería pensar en cómo le podría estar mirando él.

Es que había algo en el chico que Taehyung nunca había percibido.

Y esas sensaciones desconocidas le causaban tanto excitación como miedo.

Y para Jungkook tampoco pasaba desapercibido, pues sentía su corazón retumbar sobre su pecho cada vez que el pelirrubio se aproximaba o le observaba. Además que su cuerpo temblaba y lograba distinguir un sutil aroma desprenderse del contrario.

Lluvia y tierra mojada.

Pero claro que no lo había señalado, pues al parecer era el único que se percataba de aquello.

Él jamás había sentido un aroma así en Hyejin.

Y eso le provocaba adictiva curiosidad.

Razón por la cual le continuaba mirando, mientras Taehyung desaparecía de su visión.

𝐅𝐈𝐑𝐄 𝐎𝐍 𝐅𝐈𝐑𝐄  ᵀᵃᵉᵏᵒᵒᵏ ᴼᵐᵉᵍᵃᵛᵉʳˢᵉ .•*¨¨*• ❀*̥ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora