El reencuetro más esperado pero antes Emilia ha pasado por muchas cosas, cosas que la han hecho hacerse más fuerte que nunca y le ha hecho ver que la verdad siempre sale a luz.
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Semanas después He llegado a la última dirección, no me he quedado más de un día en los distintos lugares pero no he encontrado nada. Tal vez lo mejor sea volverme pero antes debo conseguir un trabajo por unos días y así poder pagar mi pasaje y un nuevo celular. A excepción de la anciana de esa ciudad todos los inquilinos de las casas y los habitantes del lugar me recibieron muy bien y cada vez que preguntaba por mis padres me contaban maravillas de ellos. Me despido de la casera y me voy a la estación de trenes, me tomaré uno que me lleve a una ciudad más cercana al DF. Mi maleta está más llena que antes y mi bolso lleno de las fotos de mis padres. Pago el pasaje, subo al vagón y busco las fotos de mis padres. Muchas son de ellos dos solos, luego las que están con los hermanos De Haro y con Sofía y Rosa. Cogo una foto que no había visto antes, es mi madre biológica con Rosa. Se están mirando y sus meñiques estan entrelazados en una pinky promess. Sole tiene un vestido a rayas de diferentes colores mientras que Rosa tiene un vestido celeste cielo muy elegante pero ambas están descalzas. Esa foto me hace acordar a una con Tony y veo de donde he sacado mi manía de usar lo que me guste sin importar que no esté a la moda. Rosa, en esa foto, es igual a Tony. Guardo la foto y tomo otra, en esta hay dos hombres. Uno es mi padre y el otro es el hombre que no conozco de la foto con Jorge y Mario. En esta ambos sonríen y se ven felices. Sonrío pensando en ellos y en que pronto los encontraré, me pongo mis audífonos y le doy play a la música. Sigo viendo fotos pero ninguna llama mi atención, tomo mi cuaderno de composiciones que también es mi diario y anoto algunas cosas. Nuevas melodías vienen a mi cabeza y las anoto. La música lenta y el cansancio acumulado se quieren apoderar de mí pero no lo logran ya que el tren se frena de golpe. El viaje se retrasa y debemos bajar, camino un poco por la estación hasta que llega otro y me lo tomo. Ahora sí dejo que el sueño me lleve mientras la música y los recuerdos de mis padres se reproducen en mi mente.
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