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Narra Jisoo

Ese día estaba mensajeándome con mis amigas. Habíamos quedado en ir a el cine a ver una película de acción que Lisa estaba entusiasmada por ver, y  como supongo que nadie tenía nada que hacer, todas aceptamos. Ya estaba vestida. No tenía ánimos de ponerme la gran cosa, así que sólo me puse una blusa descubierta de los hombros color amarillo mostaza y jeans verde militar. Me gustaba con mi cabello rojo. También tenía mi cartera lista (ya sabía que cada una querría comprar palomitas y estaba preparada) un poco de maquillaje y mi teléfono con la batería al cien.

Después de unos minutos, salí de mi apartamento y caminé a la estación del metro de Seúl. Quería  ir a la casa de Rosé lo antes posible, ya que habíamos acordado ir a su casa y de ahí pedir un taxi. Yo esperé a comprar mi boleto y a que llegara el tren. Una vez en la estación, se abrieron las puertas y entré. Me senté  en un asiento cualquiera y me puse a ver cosas en mi teléfono. De repente, me llegó una notificación de una web de noticias que seguía. La página decía que  el famoso grupo criminal BTS se encontraba robando un banco en esos momentos y que habían matado a varios hombres y policías. Me alivié al saber que no estaba cerca de la casa de Rosé, porque eso significaba que no había peligro para mis amigas, pero sentí pena por las familias de los hombres.

Luego de esperar y pasar por alto varias paradas, salí del tren, subí las escaleras y caminé hacia la casa de mi amiga. No tardé mucho en llegar. Toqué la puerta y me recibió con una sonrisa cálida.

-¡Hola Jisoo! Me alegra tanto verte- Dijo Chaeyoung, que insistía en que la llamáramos Rosé, porque sentía que ese apodo iba bien con su personalidad. Traía una blusa blanca y un saco rosa chicle, una falda negra corta y ajustada, ballerinas negras y joyería dorada. Sólo tenía labial.

-Hola Rosé, también me alegra verte ¿ya llegaron las demás?- pregunté curiosa. Sabía que Jennie y Lisa no eran muy puntuales.

-De hecho, sólo falta Jennie, ya sabes que tarda mucho en arreglarse-

No dije nada y pasé directamente a la sala, donde Lisa estaba sentada, cruzada de piernas, en el sofá para una sola persona, mirando su teléfono, del cual despegó la vista un momento para saludarme con la mano y una sonrisa traviesa. Me gustaba cómo se veía, con una falda negra de charol y una blusa sin mangas llena de lentejuelas esmeraldas. Botas pesadas y calcetas negras con su cabello rubio y planchado, de una longitud que no rebasaba su pecho. Finalmente le devolví el gesto y platiqué con Rosé de cosas irrelevantes.

Unos minutos después se escuchó el timbre y Rosé se levantó inmediatamente para abrir la puerta. Ahí estaba Jennie, impecable. Ella siempre tenía el gusto por vestirse bien, y ese día tenía un vestido rojo y tacones algo bajos del mismo color, junto con un abrigo café de peluche sintético. Su cabello suelto llamaba la atención.

-Jennie, no sé si no te habías dado cuenta, pero vamos al cine, no a los Oscars- comentó Lisa con su habitual sarcasmo, después de haber levantado la mirada de su teléfono. Jennie sólo la fulminó con la mirada y se volteó a mi y a Rosé.

-Compré los boletos en línea, no estoy con ganas de esperar media hora por unos boletos- dijo Jennie orgullosa, mientras me mostraba la compra en su celular.

-Creo que hubiera sido más seguro comprarlo en taquilla, pero me parece práctico- dije mientras Rosé asentía.

- ¡Gracias Jennie! Olvida tu ropa, te ves muy bonita- Lisa abrazó con fuerza a nuestra amiga. Me daba gracia cómo cambiaba de sarcástica a halagadora.

-Aww, gracias, pero vámonos, se hace tarde, y yo quiero ver esa película, aunque me duerma en el cine, da igual- Jennie sonrió. Todas la seguimos a la puerta, llamamos un taxi, llegó y nos trajo al cine.

Unas horas después estábamos agotadas, porque la película había durado tres horas, y salimos a la una de la mañana. Apenas podíamos mantenernos despiertas. Y, para colmo, el metro ya no circulaba a esa hora, así que estábamos solas, en la fría noche, lejos de la casa de Rosé (que era la más cercana al cine) y con las calles desoladas.

Pasamos un banco, con un letrero semi apagado. Me llamó la atención el hecho de que algunos cristales de las puertas y ventanas estaban rotos, o estaban a punto de romperse. Todo lo que había visto en el día se relacionó, los hombres Muertos, los cristales, la página web, BTS y...

Se oyó un disparo...

Y luego otros dos, y luego más, y luego cientos, tantos que ya no se distinguían los sonidos.

Mis amigas y yo nos escondimos  detrás de un contenedor de basura de olor repugnante, tanto que hizo a Jennie poner una mueca. Lisa estaba al borde de un ataque de pánico y Rosé era víctima de un ataque nervioso, así que empezó a sollozar. Traté de calmar a ambas para que no nos descubrieran, mientras Jennie se ponía de guardia. A continuación vimos un auto, completamente negro, sin placas y con cristales polarizados.

De ese auto salieron tres chicos, todos vestidos de trajes costosos, y que además portaban una máscara blanca. Los tres chicos tenían por lo menos un arma y entraron al banco. Jennie y yo mirábamos aterradas.

Unos minutos después, regresaron al auto llenos de billetes, maletines, sacos y uno que otro lingote. Subieron a el auto y éste arrancó. Todas nos dimos cuenta de eso, y cuando estuvo fuera de nuestra vista, todas salimos intentando no hacer ruido.

Caminamos sin ninguna preocupación hacia adelante. Gran error. De repente, sentí una luz intensa alumbrar nuestros cansados rostros. Todas estábamos algo adormiladas, así que naturalmente entrecerramos los ojos. Vi salir a un chico con traje gris claro, junto con otro del cual no vi la ropa.

Lo último que sentí fue un golpe en la nuca, y lo último que vi fue a Rosé llorando intensamente, Jennie gritando barbaridades y Lisa derramando lágrimas silenciosamente.

Mierda.

Entre Ases y Tréboles (BlackpinkxBTS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora