❤️[RayEmma] The Promised Neverland ❤️

Capitulo 2: Parte 2/ Ojalá pudiera

Nota: ¡Lean con cuidado y disfrutenlo!

Los sentimientos apestan

Parte 2: "Ojalá pudiera"

Emma la huérfana.

Así es como la mitad de sus vecinos la conoce desde que llegó y se instaló en el edificio. Pero apesar de todo, Emma había sabido ganarse el aprecio y el cariño de muchas personas. A veces, tenía que hacer oídos sordos a esos comentarios prejuiciosos, pero no le importaba. Emma estaba acostumbrada a lidiar con eso desde antes de salir del orfanato.

La razón por la que no había sido adoptada era sencilla. Emma era una chica muy inteligente, cariñosa y bondadosa. Pero todo mundo se detenía a pensar reflexivamente sobre su salud mental pues Emma tiene la manía de hablar sola. No es algo que a los adultos les parezca "normal". Así que Emma perdió la oportunidad de ser aceptada por una familia.

Actualmente vive en un apartamento que su tutor legal adquirió para ella. Hace unos meses que ocupó ese mismo apartamento con otra niña más, pero Violet se había mudado a casa de sus parientes cuando recibió la inesperada visita de sus tíos. La despedida fue muy triste ya que Emma adoraba realmente a Violet, casi como si fueran de la misma sangre.

Emma no dependía de nadie entonces. A excepción de su tutor, pero incluso a él no le veía mucho. Emma aprendió a cuidarse sola y a cuidar de sus pertenencias. Aunque nadie la había preparado para enfrentarse con el mundo real.

Con las malas personas que abundan en ese mundo.

Fue suerte que Ray apareciera en el momento más crítico. O tal vez fue cosa de Dios, quien sabe. Ahora podía decirse que tenía un concepto distinto del mundo entero. Especialmente de la persona que caminaba a su lado.

La cosa era que, no sabía si decirlo en voz alta. Se detuvo a una cuadra antes de llegar a casa. Ray hizo lo mismo al ver que Emma se había quedado atrás.

—Ray— habló Emma un poco cohibida—, gracias por todo lo que hiciste por mi. En serio no sabes cuánto te debo.

Ray desvío la mirada.

—Tonta, no me lo agradezcas. Era lo mínimo que podía hacer.

Emma se fijó bien y notó que Ray lucía un poco cansado. Se preguntó porqué. Aunque siempre había proyectado esa imagen de chico malo que no le importa nada en el mundo. Emma se preguntó por primera vez el ¿porqué?

Negó con la cabeza. Dejó eso de lado y después preguntó.

—¿No quieres pasar y tomar un refresco o algo caliente?

—Gracias, pero no— se negó rápidamente Ray, y con tono de voz más serio añadió—. No vuelvas a subir a un vehículo vacío, tonta. Es peligroso que andes sola. Piensa un poco antes de cometer una imprudencia.

—¡Ay no!, ¡No, Ray! ¡Por favor no me regañes!— se alteró a chica, aunque se sentía un poco bien saber que alguien como Ray se preocupara por ella.

—Eres una cabezota— gruñó.

—¡Y...! ¡Y tú eres un mandón!

—Entonces no hay más de que hablar— se dió media vuelta para marcharse— Mi tío me debe estar esperando. 

—¡Espera!

El chico se detuvo y lentamente giró un poco. ¿Qué diablos?, pensó la chica. Emma no sabía que decir, lo había parado por impulso. Había hablado antes de siquiera pensar en qué decirle.