¡El viaje a México! Parte 3.

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▪  Advertencias:   Lenguaje soez, pueblos inexistentes. ¿

— ¡Tío Wicho!— gritó el Gallo con arta emoción mientras corría a abrazar a aquel hombre panzón y barbudo quién tardó un poco más en reconocerlo.

—¿Quién eres pues,que me conoces?— aquel hombre ladeó su cabeza confundido ¿quién era ese morro que se le acercaba muy pistolita? No fue hasta que el joven estuvo más cerca que sonrió de oreja a oreja. —¡Miguelito!—

Abrazó al muchacho y lo despeinó con sus nudillos,aplicando bastante fuerza sin medirla.

—¡Perese que me va a abrir el coco!— gritó Panchito divertido mientras de separaba del panzón sujeto.— Ora' ¿qué hacen por acá?—

— Lo mismo te iba a preguntar; chamaco menso casi los agujereamos a ti y a la señorita. Gracias a la Morenita — el hombre besó un colgante de la Virgen que tenía colgado en el cuello.— no pasó nada, pues, pensé que eras un ladrón cabroncito.—

—¡¿Señorita?!— Joe se sentía ofendido,sí,podría tener un escultural cuerpo y facciones algo delicadas,así como algo de ropa femenina en su guarda ropa pero no era una señorita. Al menos no siempre, ah.

Francisco soltó una animada carcajada burlona,haciendo que el peliverde se enojase aún más. Habían sido casi brutalmente asesinados a punta de pistola por un montón de sujetos raros que ahora abrazaban a su compañero pelirrojo como que nada había pasado,debía ser una broma muy pesada del staff de Disney. Tal vez estaba ¿alucinando?
¿La falta de agua? ¿De civilización?
Apenas habían pasado una hora y media fuera del aire acondicionado de los grandes aviones de Disney y ya se sentía morir.

— Ay pues,dispensame muchacho.— se disculpó el sujeto quitándose el sombrero vaquero que traía puesto,sonriendo apenado.

José lo miro desconfiado,pero ahora que se fijaba, el sujeto se parecía bastante a Panchito. Era bastante ¿atractivo? ¡No,por supuesto que no! Era simple parecido.

—Primo ¿pues no uste' andaba por Beberli Jils?— preguntó otro sujeto que iba en la parte trasera de aquella enorme troca.*

—¡Jaja! Que va a ser primo,nomás anduve por Disneylandia. —

—¡Óraleeees!— se oyó un coro de voces que empezaban a vacilarle, José no entendía en absoluto que estaba pasando y temía que sí no lo hacía fuese peor.

Y había perdido todos sus cigarros en tan violento trayecto,empezaba a sentirse ansioso y frustrado,además de acalorado.
Al parecer,el bigotón notó ello,y rápidamente palmeo la espalda de Panchito.

— Mira pues,quien sabe cuanto han pasado sin tomar ni un chorro agua. Épale,súbase a la trocona uste' y su amigo,ándele.— el hombre sonrió y subió a la camioneta negra,esperando que su sobrino hiciera lo que había mandando.

—¡Venga pues! Vamos José, nos van a echar un ray. — animó el mexicano,tomando su sombrero y subiendo al vehículo.

El brasileño no estaba del todo seguro,aún así,su sed y hambre pudieron más,y decidió subir. Para su sorpresa,era enorme tal camioneta, era igual o incluso mejor a las camionetas de Disney que los llevaban a las Alfombras Rojas. Pronto las demás camionetas siguieron a la primera,que era donde iban ellos.

— Manches Miguelito, acá la familia de Sonora te extrañó retearto, la última vez que te vi andabas en pelotas orinando los nopales cabroncito. — platicaba el hombre,mientras Francisco se moría de vergüenza.

José sólo miraba el paisaje que era desértico,no entendía de donde demonios habían salido las camion...

—¡Ya llegamos pues!— gritó con fuerza aquel hombre.

Pero lejos de ser recibidos normalmente, una montón de balazos se oyeron,además de voces gritando y festejando.

¿Qué demonios pasaba? ¿Por qué la gente gritaba y balaceaba al aire? Estaba alterado y demasiado, ya entendía de donde había sacado su compañero aquella mala maña de disparar sin necesidad alguna?

Iban entrando a un ¿rancho?
La camioneta se detuvo,y los tres bajaron.
Notó como un montón de gente se acercaba a saludar a su compinche, si que los mexicanos tenían demasiada familia.
José sentía que eso no iba bien, pero no decía nada, con sólo ver los tremendos pistolones que cargaban los hombres,y claro las armas [ bad chiste ],temía incluso hacer un movimiento pequeño.

— ¡Bienvenidos a la quinta González!— dijo una mujer algo mayor. — Que lindo es tenerte aquí otra vez, Miguelito. ¿Tienes hambre? ¿Te duele algo? ¿Un chocolatito?—

— No no,tía, tenkiu beri moch.  Yo también toy refeliz de verles de veras...— Panchito dirigió su mirada a las varias armas que traían más gente, eran aún más grandes que las suyas. — Pero cómo qué el rancho tiene demasiada seguridad ¿No?—

Todos se rieron con fuerza, en ese instante también el joven mexicanos se sintió desorientado. ¿Acaso no era por seguridad?

— Ay mi Miguelito,que pinche bromista salistes. — el 'tío' lo abrazo y despeinó nuevamente. — Verás desde que tu papá falleció, Diosito y la Morenita lo tengan en su Santa Gloria, hemos decidido volver al antiguo negocio familiar.—

— Negocio... ¿familiar?— nomás no decía un "qué pedo" por respeto.

Fue entonces que levantó la mirada y observó como bajaban de detrás de las trocas, paquetes envueltos en cinta. Cientos de ellos.
Casi se atraganta cuando el tío sólo se rió y le dijo.

— La mejor droga de Sonora y California reside aquí,  Miguelito. — apretó el hombro derecho del muchacho. — Aunque claro,no es lo único que hacemos.—

José también había visto todo con la misma expresión de sorpresa y miedo.
Panchito apenas y entendía, sí,sabía que muchas personas en México hacían lo mismo,lo sabía y lo tenía en cuenta pero ¿su familia?

— Acaso son... — José susurró.

— Narcos. — concluyó Panchito instintivamente.

Cigarrillos y Pistolas || PanJosé.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora