7 - El fantasma.

5 1 0
                                    

Un disparo irrumpió en el silencio de la noche y abrió en el suelo un cráter humeante, pero en un último instante Teki logró hacerse a un lado escapando de la muerte. Al parecer el "fantasma" disparaba laser de grueso calibre. Teki se dio cuenta que cometió un grave error al meterse a husmear en donde no debía.

Rápidamente se dirigió a la parte trasera de un edificio con el fin de perder al fantasma y regresar al campamento. Entonces un pensamiento la asaltó "¿Y qué pasa si decide seguirme y atacar al campamento?". Ahora tenía un problema más, no podía salirse sin antes neutralizar el robot de algún modo. Porque en realidad eso era, un robot de seguridad. Pero ¿cómo iba a derrotarlo ella sola?

El sonido de cristales rompiéndose y una pesada figura aterrizando en el suelo la hicieron correr de nuevo. El robot había atravesado una ventana y continuó con la persecución. Teki buscaba algún lugar donde esconderse, cualquier agujero que le sirviera para escapar de su perseguidor. Entonces se dio cuenta que de nuevo estaba en una situación desesperada; como cuando escapaba de las bombas que destruían su ciudad. No tenía tiempo para reír de su irónica suerte ya que la parte de un edificio que tenía enfrente estalló producto de un disparo errado.

Vio un edificio que tenía una puerta abierta; sin pensarlo más se metió por ella. Su vista nocturna le permitió correr dentro del lugar sin tropezarse, pero su oído le decía que su perseguidor también estaba dentro. Teki dejó de correr y prestó atención. Se escuchaba el sonido del metal contra el suelo; las pisadas del robot. Caminó rápidamente pero tratando de no hacer mucho ruido. Avanzaba entre hileras de estantes donde había muchas cajas guardadas. Teki no les prestaba atención, no sabía que contenían y por el momento no tenía oportunidad de averiguarlo, pero se encontró con una de estas cajas en el suelo con la tapa abierta; la examinó y descubrió que eran explosivos. Observó a su alrededor y vio que todas las cajas tenían el símbolo distintivo que identificaba a un material altamente peligroso. Este descubrimiento le dio un nuevo giro a la situación y tal vez tendría alguna oportunidad contra el robot.

Mientras tanto el robot le seguía el rastro. Una lente situada arriba de su visor principal –el gran ojo rojo-, proyectó un extraño haz de luz mientras hacía un barrido de sus alrededores. De donde estaba escondida, Teki pudo observar mejor a su perseguidor; el cuerpo constaba de una sola esfera muy grande y a cada lado le salían tres patas; tenía el aspecto de un cangrejo.

De pronto sonaron pasos en algún lugar de la bodega. El robot dirigió su escáner en la dirección donde se escuchaban los pasos y detectó una figura que corría a toda prisa. Sacó su arma y apuntó, pero antes de que pudiera disparar sus sensores detectaron algo más; un circuito en funcionamiento. Su IA –inteligencia artificial- decidió que era más prioritario eliminar al intruso así que apuntó de nuevo y se preparó para disparar; no importaba que su objetivo estuviera detrás de un muro, la potencia del disparo era capaz de penetrarlo y matar a quien estuviera del otro lado.

Teki había logrado alcanzar una puerta, la abrió y salió del lugar corriendo lo más rápido que podía. Entonces una serie de potentes explosiones destruyeron por completo el edificio. El estruendo fue tan fuerte que muy posiblemente despertó a todos en el campamento.

Mientras Teki buscaba en la bodega de explosivos, había encontrado un detonador con temporizador y a un lado de ellos un instructivo de como armarlo. Preparó el arma usando las indicaciones y cuando el temporizador comenzó la cuenta regresiva ella salió huyendo. Al parecer, hace nueve años algún soldado humano tal vez se estaba preparando para usarla pero por alguna razón la dejó, aunque ahora alguien más le dio uso.

Teki había sido lanzada al suelo por la explosión y se levantó adolorida. Estaba hecho. Ella había destruido al fantasma. Miraba atónita las ruinas llameantes, ni ella creía lo que había logrado. Se disponía a regresar al campamento cuando escuchó ruido proveniente de la bodega destruida. Dio media vuelta y con espanto descubrió una extraña forma que salía de entre las llamas. El robot había sobrevivido; aunque no estaba intacto: el blindaje que lo cubría estaba destruido en algunas partes e incluso una de sus patas había sido arrancada por la fuerza de la explosión. Pero la maldita cosa seguía en pie y avanzando hacia Teki.

Neo-HumanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora