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["Todo el tiempo, bebé, tu estas en mi mente

Y no sé porque, pero el sentimiento es bueno.

¿No lo puedes ver?

Cariño, eres para mí.

Aunque no fuera destinado a ser..."]

―Dancin, Aaron Smith.





― ¡Es aquí! –Dijo Mila mientras Víctor detenía el auto ―Vamos Yuri.

―Esperen un momento ―Exclamo Víctor al ver como los dos chicos se bajan rápidamente ―Yurio, no tomes nada que huela a alcohol, no apagues tu teléfono y por favor, por nada del mundo no vayas con nadie a alguna habitación.

―Ya lo dijiste más de tres veces anciano y deja de llamarme "Yurio" –Respondió Yuri mientras lo miraba con fastidio.

―Se lo que dije Yurio, sin embargo es tu primera fiesta universitaria, se exactamente cómo funcionan esas fiestas ―Sermoneaba Víctor, provocando que Yuri soltara un gran suspiro.

— ¡Ya lo sé! Ahora podrías dejarme ir antes de que sea más tarde ―Se quejó Yuri mientras miraba a través de la ventana del auto ―El japonés ese te espera.

―Está bien ―Dijo, tomando así nuevamente las llaves del auto para encenderlo ―Mila, cero alcohol. Yurio te llamare para recogerte ¿Okey?

­­

Ambos asintieron, observando como el carro se alejaba. Al verlo desaparecer, decidieron entrar de una buena vez.

― ¡Esto es emocionante! ―Dijo Mila, quitándose su abrigo para entrar al patio de la casa.

Yuri solo asintió, caminando al lado de su mejor amiga, siendo sincero las fiestas nunca habían sido lo suyo, ya que no era una persona muy sociable. Únicamente iba porque su amiga se lo pedía para que la dejaran salir, al igual que él.

Víctor era su hermano mayor por el nuevo matrimonio de sus padres y desde el primer instante en que lo conoció, Víctor juraba que lo adoraba, motivo por el cual era un hermano sobreprotector.

Sin embargo esa ocasión era una excepción, esta vez había sido Yuri el que le rogo a su amiga ir, el motivo era simple; Otabek Altin, o como el solía decirle el "Beka".

Se podría decir que había sido amor a primera vista, Mila decía que se notaba la atracción mutua entre ambos y aunque no quisiera admitirlo, él pensaba lo mismo, razón por la cual no se negó cuando Otabek lo invito a la fiesta que daría en su casa.

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