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Ambos chicos se miraron expectantes, ninguno soltaba una palabra, ni se movían, simplemente movían perezosamente sus párpados, en un lento compás.

Los dos sonrieron embobados totalmente, idos en su pequeña burbuja, donde ni el frío, ni el ruido de los árboles balanceándose en un suave ritmo marcado por el tiempo, ni los suaves grillos cantando ciegamente a una brillante y solitaria luna, nada podría sacarlos de ese lindo momento donde la tuene luz iluminaba con dificultad sus rostros.
Luego de estar en aquel parque, disfrutando de aquel cielo nocturno, el mayor optó por ir a dejar al menor a su casa, acompañarlo.

—S-sí quieres, puedes pasar —Susurró, sus palabras suaves y ligeras, siendo arrastradas por la suave brisa.

—¿Y tú madre? —Preguntó, frunciendo levemente el ceño.

—Oh, ella se fue hoy, creo que no volverá en un par de días —Rascó con un poco de ansiedad su brazo, cortando sutilmente su piel con sus uñas. Bajo su mirada al suelo, sintiendo una punzada en su pecho, al pensar que su madre nuevamente se iría y lo dejaría allí, abandonado.

Esos tristes pensamientos inundaron su mente, arrastrando con ellos aquellos dolorosos recuerdos, de él llorando, pegado en la puerta de su casa. Esperando a su madre.

«—Mamá volverá, ¿cierto? —Se preguntó a sí mismo mientras que se abrazaba y sentía sus amargas y calientes lágrimas caer. — Es cierto. Ella vendrá, ella volverá.»

Recuerda cuantas veces durmió llorando, desolado, a la espera y la insertidumbre de algo incierto. Como lo era el regreso de su madre.
Sintió sus ojos picar, así que rascó con más fuerza sus brazos.

Mordió su labio, conteniendo los sollozos que deseaban salir.
Taehyung lo miró, con duda, al ver como su novio bajaba su mirada, pensó y luego se dio cuenta de algo; él sabía lo sensible que podía llegar a ser su novio, con cuestiones de su madre.

«—Mira, nuevamente Jungkook se irá solo. —Se burlo un niño, mientras que lo señalaba.

—Ese niño, siempre se va sin algún adulto. ¿Que clase de madre dejaría así a su pequeño?. —Susurró una madre, horrorizada.

—No lo sé, ni siquiera conozco a su madre. Nunca la vi. —Aseguró susurrando.»

Jungkook sintió su pecho ser oprimido, apretó sus ojos, sintiendo como las espesas lágrimas se deslizaban de sus suaves mejillas.
Recuerda como todos esos niños lo miraban, con burla y desprecio. El como aquellas mujeres se susurraban cosas mientras que sus escurridizos ojos exprimian todo su ser.
Un escalofrío recorrió su cuerpo, con recuerdos punzantes. Sintió como colapsaba, aquellos recuerdos y sentimientos que él deseaba olvidar, eran repetidos una y otra vez por su cabeza, sintiendo estos como una vieja película de rodaje, estando polvorienta y descuidada, pero aún así repetida sin misericordia alguna.

Taehyung preocupado por el castaño acercó su mano para tomar la contraria. Jungkook se sorprendio al sentir aquel tacto suave y frío, en sus manos. Con lentitud abrió sus ojos, sintiendo las lágrimas nublar su vista, párpado repetidas veces eliminando todos sus rastros y pudo ver aquella escena; como una fuerte y gran mano, envolvía la suya apretandola suavemente, enviando corrientes de seguridad y confort en él.

Sus ojos se abrieron al ver su agarre era elevado, subió su rostro en persecución de las acciones del contrario. Sin quitar la vista de sus manos, pudo distinguir como estas se dirigían a los llenos labios de su novio.
El azabache con tranquilidad y amor, pegó sus labios a la delicada y blanquecina mano, pero antes de aquella acción respiro profundo, soltando su aire caliente en aquella piel tibia. Taehyung cerró sus ojos mientras que depositaba el cariñoso beso. Con lentitud los abrió, tropezando con los hermosos y despampanantes luceros brillantes de su pequeño castaño. Aquellos luceros estaban tenuemente pintados de un rojizo, estragos de esas gotas de dolor, escurridas de sus profundos orbes.

-Uᥒ Fɾᥲ́ɠɩꙆ Pᥱ́tᥲꙆo-【||𝑲𝑻𝑯&𝑱𝑱𝑲||】 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora