Capítulo 2: Primer Día de Clases

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(Capítulo editado)

No sabía exactamente cuanto tiempo había pasado, pero más de hora y media seguro.

Deseaba estar perfecta, ni una arruga en mi camisa, ni un pelo fuera de su lugar. Sonreí al verme al espejo, estaba radiante.

- ¡ENDER QUE VAS A LLEGAR TARDE, NI QUE FUERAS A LA BODA DE JENNIFER LAWRENCE! - Rodé los ojos al escuchar los gritos de mi madre

Le grité de la misma forma que ya bajaba, me apliqué rápido el perfume de esencia de coco que solía usar la gran mayoría de veces, me enrollé la chaqueta roja en la cintura, agarré la maleta con los patines y bajé rápido las escaleras.

Antes de salir por la puerta, mi madre me paró.

- Cariño, que te vaya bien, y ten cuidado con eso...¿si?

Le dije que si de mala gana, sabía a lo que se refería y odiaba que me lo recordara siempre, no era tonta, jamás se me ocurría usar mis dones con nadie, ni siquiera con mis mejores amigas.

Todo comenzó cuando cumplí los diez años, podía escuchar los pensamientos de las personas, mover cosas con la mente y si me enfadaba o si mis sentimientos estaban alborotados sucedían cosas que podría catalogarse como peligrosas para los de mi alrededor. Mis padres y mi hermano no se lo tomaron mal, es más, les gustaba, ellos decían que era especial, claro que lo que me ocurría era un secreto de familia, pues se abstuvieron a contárselo a algún médico o especialista.

Me despedí algo cabizbaja que muy probablemente mi madre notó pero no dijo nada, mejor.



...



Trataba de deslizarme lo más rápido que podía, iba a llegar tarde, no tendría que haberme parado a acariciar aquel gato que me encontré en el camino.

Siete minutos, solo eso y llegaría a tiempo. Pero como todos los que me conocen saben, la suerte nunca estaba de mi parte, así que un chico se metió en medio del camino provocando que chocara bruscamente con su cuerpo.

Nos caímos, fue un golpe fuerte en el que seguramente me habría hecho algún cardenal

(Joder...)

Una voz masculina se escuchó dentro de mi mente y mientras que me palpaba la cabeza por el golpe, miré a la persona con la que había chocado. A simple vista parecía alguien de mi misma edad, de cabello azabache y ojos azules que me miraban con un odio profundo.

Al ver como me veía fruncí el ceño, no era mi culpa que haya aparecido de repente, aunque de igual forma tampoco estaba permitido ir tan rápido por las calles teniendo patines o patineta.

Como usualmente hacía traté de ser amable con él y tenderle la mano para ayudarle, aunque no me la aceptó y se levantó murmurando algunas maldiciones.

- Lo siento, debí ir más despacio y no te vi

Traté de darle una sonrisa, aunque el escozor que sentía en las rodillas me lo complicaba, supongo que fue al ver mi malestar cuando aquél chico suavizó su expresión y me preguntó si me encontraba bien. Me sentí algo relajada cuando noté que el pelinegro no parecía realmente molesto conmigo ya que parecía sentir verdadera preocupación.

- Estoy bien, solo son unos rasguños nada más

(Es muy bonita, debe ser extranjera)

Sentí mis mejillas acalorarse al saber lo que el joven pensaba de mí, debía de estar con la guardia baja, porque era la segunda vez que lo escuchaba en menos de diez minutos.

Podía llegar a controlar mi don, a base de mucho esfuerzo lo conseguí, cuando en mi pueblo de mi país natal se extendió el rumor de que había una chica con extrañas habilidades nos vimos forzados a mudarnos. Después de mudarnos por primera vez, mis padres me ayudaron a controlar estas habilidades a base de meditación, autocontrol y concentración. Aunque a veces podía llegar a cometer algún error.

Ender / Haikyuu X Oc/ COMPLETADA Y EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora