"La diferencia" Miriam ²

Un finde muy tranquilo

Narra Mimi.

Me desperté al notar unas caricias en mi pelo, antes de abrir los ojos me abracé más a ti y te di un beso en el pecho.

Miriam: buenos días Mimita Dijiste sonríendo a la vez que levantabas desapacio mi cabeza
Mimi: buenos días leona sonreí y te besé lentamente

Después de espabilarnos entre vaciles y risas caímos en la cuenta de que ayer no cogimos nada de mí apartamento, así que nos vestimos y fuimos a llenar las maletas y a coger todo lo principal. Cuando acabamos yo te pedí -más bien supliqué- pasar por la playa antes de volver a la capital. Tú accediste con facilidad, ya que fue mencionarlo y sonreíste encantada.

Cómo era normal, no teníamos bikinis ni bañador así que tuvimos que hacer una rápida parada por la tienda. Cuando salimos habiendo comprado también unas toallas y una botella de agua nos dirigimos a la playa. Aquella playa que me había visto crecer y siempre sería especial para mí. Dejamos todas las cosas de valor en el coche y fuimos a los baños a cambiarnos, tú saliste después de mí por qué estabas peleando con el nudo del bikini. Al verte casi me morí, de verdad fue como ver salir a un ángel de un baño público. Tuviste que chasquear tus dedos para que volviese al mundo real después de mi embobamiento. Hicimos una pequeña carrera hasta la arena donde extendimos nuestra toalla y la vencedora cobró su premio, un beso, un pequeño masaje y poder tirar a la otra al mar. Me tiraste tú por qué obviamente llegaste más rápido -no solo por qué estuvieses en mejor forma física sino que desde atrás habían muy buenas vistas que desconcentraban- solo que no contaste con que te agarraría y haría que cayeses conmigo.

Miriam: oye!! Me pellizcaste eso no se vale
Mimi: reí mucho quién dice eso? Saqué mí lengua
Miriam; pues yo petarda comenzaste a salpicarme
Mimi: como que petarda? Te cogí en brazos y te lleve a una zona más profunda donde hacerte una aguadilla
Miriam: ni se te ocurra Miriam Doblas me miraste amenazante
Mimi. Y si se me ocurre? Despacio comencé a bajarte hacia el agua
Miriam; no quieres saber que pasará
Mimi: como que no? Te sumergí un poco sin llegar a meter tú cabeza
Miriam: reíste te vas a enterar sonreíste y me hiciste tú una aguadilla después de otra mientras reías mucho
Mimi. Oyeeee reí y puse un puchero para porfaaa
Miriam: petarda reíste y me sacaste del agua para después abrazarme tiernamente
Mimi: pero me quieres no? Te acaricié el pelo y abracé muy fuerte contra mi pecho
Miriam; muchísimo rubia me sujetaste mejor y me besaste con ternura.

Me atrevería a decir que fue el beso perfecto, tus manos en mi culo mientras mis piernas rodeaban tu cintura y mis brazos rodeaban tu cuello. Nuestras lenguas batallaban despacio y sin prisa mientras las olas nos mecían despacio. El ruido de las mismas hacía que solo existiésemos nosotras en esa playa y en el mundo. Cómo siempre que estábamos juntas solo tú y yo, contra el mundo.

Después de ese beso vinieron más. Hasta que mordiste mi labio y susurraste

Miriam: hay una niña que lleva un rato mirándonos. Creo que deberíamos volver a la orilla
Mimi; reí contra tus labios enserio? Y si porfi volvamos a la orilla

Tal cual me llevabas en brazos me llevaste a la orilla. Mientras lo hacías para distraerte un poco me dediqué a lamer y besar tu cuello. Acabaste jadeando y gimiendo flojo en mi oído.

Miriam. Pa-para rubia te tumbaste conmigo encima y acariciaste mis caderas sin prisa
Mimi: y si no quiero? Me volví a colocar sobre ti y volví a atacar tu cuello, está vez haciéndote un chupetón
Miriam: gruñiste y gemiste despacio
Mi-mimi para, no me hagas llevarte a los baños
Mimi: que contrariedad llevé mis manos a tus pechos y a la vez que los apretaba comencé a lamer y succionar despacio tu cuello
Miriam: t-tú lo has querido gemiste en mi oído y me mordiste el lóbulo.