Prólogo

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El medio es el principio del fin



Changbin se encontraba estresado. A pesar de aparentar ser serio y sin preocupaciones, su cabeza en estos instantes era un caos. El pequeño JeongIn lo notó cuando su mayor, a pesar de que le gritó al menos unas tres veces pidiendo que lo esperara, no contesto y siguió con su camino. El menor preocupado llamó a Chan, pensando que el sabría lo que sucedía con el peli negro, pues se llevaban conociendo desde hace años.

En ese preciso instante, Seo lo único que quería era ir a su casa y dormir por cuatro meses, no soportaba el ver y escuchar tantas personas a la vez, además de que su fuerte dolor de cabeza no ayudaba para nada y mucho menos si cada uno de los pasos que daba resonaban horriblemente dentro de él.

Aunque deseaba con todas sus fuerzas no tener que caminar y simplemente levitar hasta la salida, esa no fue la causa de que su pasos se detuvieran, si no que fue alguien; un chico rubio que caminaba torpemente a varios metros de distancia, con una pila de libros en sus manos y en sus hombros colgaba una mochila que a simple vista se veía pesada.

Changbin jamás lo había visto, por lo que pensó que sería de otra facultad, y al pensar esto, Seo no se equivocaba para nada.

Restándole importancia al chico que capturó su atención por unos instantes siguió con su horrible caminata hacia la salida para después ir a la estación del bus y finalmente llegar a su casa, aunque su plan no sería realizado como lo planeo, comenzando por el chico rubio de hace un momento que cayó al suelo provocando un estruendo que resonó por todos lados. Había algo dentro de Seo que lo hacía querer correr hacia aquella dirección para asegurarse el estado del chico. Sin embargo ignoró todos aquellos impulsos, quedandose quieto en un solo lugar sin mover un músculo por que sabía que si lo hacía terminaría yendo hacia allá.

—¡ChangBinnie!

El peli negro había escuchado su nombre pero había optado por ignorarlo al igual que lo había hecho con JeongIn, no se encontraba de buen humor para hablar con otras personas.

—¡Changbin! —Insistió su amigo australiano, por lo que está vez se giró hacia él con una molestia que se podía notar de Corea a Italia sin problemas.

—Chan... ¿Qué necesitas? —preguntó con una sonrisa forzada.

Hoy era miércoles, era muy obvio a lo que venía el chico, sin embargo el más pequeño decidió ignorarlo, pues como ya lo ha repetido diversas veces, lo único que quería hacer era llegar a su casa y dormir, no estar en un garaje caluroso soportando a un Jisung energético y un Chan hiperactivo, durante al menos tres horas.

Sin que se diesen cuenta, una gran cantidad de personas se amontonaban de en un círculo a un par de metros de ambos, causando un enorme alboroto que los dos raperos olvidaron notar, a no ser por el profesor Taekwon o mejor conocido como Leo. Qué les había dado un par de indicaciones. 1:Vengan aquí. Con la que Seo pudo admirar el cuerpo inconsciente del rubio. 2:Llevenlo a la enfermería.

Con furia en los ojos, Changbin cargo al chico e la espalda, notando como emanaba un olor dulce un tanto adictivo. Sin embargo el pelinegro logro salir del trance al que había entrado gracia al rubio de su espalda que por cierto era extremadamente delgado, tanto que tuvo miedo de romper al chico con el más mínimo toque.

Bang Chan, por otro lado, estaba triste de no poder llevar al chico en sus brazos, ya que está vez el que quedaría como héroe sería Seo, no él, aunque gracias a si pudo hecharle un vistazo a los libros del chico, entre los cuales pudo encontrar un par que usó cuando estudiaba Coreano hace mucho tiempo, eso solo despertó la curiosidad del australiano consciente.

—Changbin, el chico es extranjero —Dijo casi sin pensarlo dos veces.

—No me importa. —Respondió seco el más bajito.

A pesar de que durante todo el trayecto a la enfermería no se pudo notar con claridad, Changbin seguía por explotar. Y hora el supuesto extranjero se había sumado a la lista de problemas. A pesar de ser parte de ella, Seo dejó al rubio suavemente en la calma, pues no era su culpa que lo hayan mandado precisamente a él a traerlo hasta acá.

—Nos vemos luego Bang, que te diviertas cuidando al niño. —Se despidió para después salir por la puerta.


 —Se despidió para después salir por la puerta

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Adivinen de que libro es la frase de arriba


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Beautiful Destiny [Changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora