Beautiful Destiny [Changlix]

Capítulo 5

Era realmente muy tarde, la luz se había ido en la noche y el teléfono de Changbin no se había cargado por lo tanto la llamada matutina de Jisung para despertarlo jamás sonó, haciendo que el de baja estatura se haya levantado cuando a su madre se le cayó en la planta baja de su casa  lo que supuso sería un sartén.

Changbin agradeció enormemente el únicamente tener prendas de vestir color negro, pues en estas ocasiones en las que no tenía tiempo de revisar el conjunto, no moriría de vergüenza por que pareciese un arcoiris.

Cuando el único hijo de la familia Seo iba a salir de la casa, su madre, la señora Seo, jaló a su hijo por la mochila haciendo que este se detuviese cualquiera de sus acciones.

—Casi olvidas el almuerzo — Dijo la mayor mientras introducía varios Tuppers con comida a la mochila de su hijo, que aún se encontraba de espaldas sintiendo cada jalón que su madre le daba a la mochila intentando cerrarla —Tambien puse un paraguas, el cielo está bastante nublado desde hace un rato; Cuidate, llámame cuando vengas —La madre le dio un par de golpes a la mochila de su hijo dando luz verde a que continuará con lo suyo.

Y  ahí está de nuevo Changbin agradeciendo internamente por haberse puesto una sudadera, pues en cuanto abrió la puerta principal, un fuerte y helado viento chocó contra su rostro. A pesar de aquello, el chico chaparro corrió, corrió para que el frío no penetrara en sus huesos, corrió por que iba tarde a su primer clase del día, corrió por que quería tomar un rico café antes de comenzar a estudiar, corrió por que pensó que tenía que hacerlo.

Algo que Changbin jamás le ha contado a nadie, ni siquiera a sus mejores amigos, es su obsecion por el café con leche en los días lluviosos, pues todos creerán que aquel chico enano y dark solo tomaba café negro. Pues nadie sospecharian que el chico emo amara la sensación de calidez en sus manos, la sensación suave de la leche en sus labios y el olor a café filtrándose por sus fosas nasales.

Por otro lado, o más bien, al otro lado de la acera, se encontraba un australiano de pecas en apuros ya que hace unos minutos comenzó a llover con tanta intensidad que tanto el cabello y la camiseta amarilla del pecoso se encontraban tan empapadas que está última se comenzaba a pegar a su cuerpo, dejando ver, no unas abdominales marcadas como hace dos meses se podían apreciar, si no unas costillas, no era demasiado lo que se notaba, pero si cualquier persona lo viera, se preocuparía por el estado del castaño. Sin embargo en lugar de preocuparse por si mismo sé preocupaba por los libros que llevaba en la mano y había estado intentando salvarlos de las garras del agua, pues no podía meterlos a su mochila gracias a que estaba tan llena que se preocupó de que el cierre se rompiera.

Felix jamás había odiado una lluvia. Hoy era la excepción.

Sin embargo no tiene ni idea de que un chico con un café con leche en sus manos, se encontraba mirando cada uno de los movimientos del castaño.

Lee se sintió aliviado cuando vio una parada de autobús a unos metros. No subiría al transporte debido a que el saldo en su tarjeta no era suficiente para un traslado, y tampoco lo era su efectivo. Así que al llegar a la estación lo único que hizo fue limpiar por encima los libros con sus manos aunque no sirviera de mucho, pues estas también estaban muy mojadas. Ahora mismo tenía unas enormes ganas de llorar, se sentía tan patético que no le importaría volverse un mar de lágrimas frente a tantas personas. Sin embargo, antes de que las lágrimas abandonasen sus ojos, sintió un par de toques en su hombro derecho.

Cuando volteo se encontró con un chico más bajo que el, quería mirarle el rostro, sin embargo el cabello del chico impidió que se vieran sus orbes, mientras que el cubre bocas negro cubría su mandíbula. Solo pudo ver qué con torpeza dejaba un paraguas en su mano para después correr hacia el otro lado de la acera.

Felix no lo conocía, y dudaba que el lo conociera, pero el había sido su héroe, su gota de luz en medio de una lluvia gris.

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¡Hola! De nuevo vengo yo a traerles un nuevo capítulo de 700 palabras. Me siento horrible por eso. Sin embargo he llegado con algo y lo que importa.

Díganme ¿Cómo sé encuentran? ¿Cómo va su día?

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