Capítulo 2

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Cuando Felix puso un pie en tierra Coreana, tomó una gran bocanada de aire para después suspirar. Ésta sería una aventura que sin falta tendría que contarle a sus hijos en un futuro, así que intentará de disfrutarla tanto como le sea posible.

«Felix no entres en pánico, aquí nadie te va a ayudar y morirás pisoteado por personas de distintos países. Manten tu cabeza en alto y demuestra que conoces Corea como la palma de tu mano, aunque ambos sabemos que no es así.»

Se animó a el mismo, ya que ver y escuchar a tantas personas coreanas lo hizo sentir pequeño al no entender lo que decían. Por que en el avión, jamás se le ocurrió estudiar aunque sea un poco de Coreano.

Al salir del aeropuerto Felix encendió su teléfono, ya que lo había apagado para que la batería no se agotara. Cuando por fin el teléfono prendió, busco entre sus contactos a dueño del departamento.

Pasaron cuatro timbres para que respondieran, pero a Felix no le importó en absoluto ya que eran muy paciente en éstas situaciones.

—¿Hola? —Se escuchó al otro lado de la línea, de una manera que el castaño no entendió en absoluto. (Realmente no sé cómo se escribe, ni en hangul o romanizado pero suena como "yobubseyo")

—Do you speak english? —Preguntó el australiano cruzando los dedos.

Gracias a seres místicos, el dueño sí hablaba inglés y Felix se pudo deshacer del enorme peso que llevaba encima.

Al final de cuentas, ambos quedaron de verse en un café en la zona céntrica de la ciudad.

Felix estaba súper nervioso, ¿Y si aquel señor era en realidad un secuestrador? ¿Y si lo obligaba a prostituirse? Preguntas cómo estás agobiaban la mente del castaño, haciendo cuestionar su asistencia en aquella reunión.

«Mejor vayamos y lo comprobamos, si lo que dices es verdad pues estamos jodidos, pero por lo pronto no tenemos nada que perder»

El estómago de Felix hizo presencia con un ruidoso gruñido a causa de que no había ingerido nada sólido en muchas horas. Pero antes de preocuparse por su estómago, lo hizo por su billetera.

Sabía que con su mal Coreano sería difícil encontrar un empleo, por lo que debería aprender lo más rápido que su cerebro le permitiera.

Aunque realmente no estaba angustiado por unas clases, pues recordó que en la universidad le darían lecciones de Coreano en su idioma natal.

Todavía quedaba tiempo para que llegara la hora de reunión por lo tanto decidió cambiar el dinero que traía consigo por wones, por que le serán muy útiles en su estadía en Corea. Y apesar de haber dejado gran cantidad de sus ahorros en su tarjeta, sacó una cantidad razonable de efectivo por razones más que obvias.

En su tiempo de espera decidió sentarse en una de las bancas que se encontraban en la plaza en la que Felix se encontraba. Sus pies lo agradecieron enormemente pues para salir de la zona del aeropuerto lo había hecho caminando teniendo en cuenta que si gastaba en un taxi en esa zona, su dinero se podía dar por perdido, además ¿A donde iría?

Suspiró y cerró sus ojos por unos segundos, sin retirar sus manos de su maleta asegurándose de que no vaya a ningún lado. Disfrutó por un momento el ambiente: El viento cálido, que lo envolvía era totalmente satisfactorio para Felix.

Ahora estaba en Corea, uno de sus grandes sueños y no dejaría que la situacion arruine su felicidad.

«Quizás solo necesiten tiempo para digerirlo »

Sé intento convencer, refiriéndose a sus padres en Australia. Aferrado al amor que les tenía a pesar de toda la basura verbal que le tiraron encima al enterarse de la sexualidad de su único hijo.

Beautiful Destiny [Changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora