Amsterdam

285 17 2
                                    

Ya me estaba cansando. Eran las 8 de la noche, un nueve de diciembre. Todas las calles estaban cubiertas por una fina capa de nieve, la cual le daba un aspecto invernal muy bonito a la ciudad. La gente no paseaba, los escaparates estaban completamente apagados,debido a la inseguridad de las personas ante la guerra, las calles por sí decir estaba totalmente muertas,ni siquiera un dichoso árbol estaba presente en las callejuelas.

Una suave brisa fría me acariciaba el rostro, dejándome la nariz, los mofletes y los labios rojos y un poco irritados. Se podía decir que era un paseo agradable a pesar de estar yo sola con el resto del mundo. Llegué a la plaza del ayuntamiento, hasta que una luz despampanante deslumbró a mi alrededor.

Pocos segundos después, un sonido horrendo me alertó. Los vidrios de las ventanas de las casas estallaron, las luces de la calle se apagaron mientras que yo estaba corriendo para llegar a casa.

Una mano extraña, me tapó los ojos, impidiéndome correr, yo intentaba ver su rostros, pero este ejercía una soberana fuerza sobre mí para evitar ver de quién se trataba. Me indigné y me puse a gritar. Pocos minutos después me puse a llorar hasta que finalmente quitó la mano.

Me giré en menos de un segundo para observar quien era...

-JAJAJAJAJA- se reía un chico.

-cabrón

-Relájate- me dijo

-Joder, vaya susto, casi me desmayo y todo.

-Sabes que no era mi intención, y además, lo hice porque no es normal que esté una chica paseando sola a estas horas, y por Amsterdam, sabiendo lo que ocurre, así que te acompañaré a casa- dijo él

-(seguía llorando) Vuélveme a asustar, que la próxima vez no sales vivo

Él se río. Se llama César y es un gran amigo,que lo conocía desde los 7 años. Buff pedazo susto me había dado, yo por mi me moría ahí mismo.

- ¿Oye, sabes porque se rompieron las ventanas y se fundieron las luces?-dije yo

-Pues sinceramente no se nada sobre eso pero ya te puedes imaginarlo que habrá pasado, bombas,tiroteos...

Bueno, date prisa que no llegamos a tu casa y tu madre te va a reñir.

A los años 50Donde viven las historias. Descúbrelo ahora