A los años 50

Nunca digas no a la primera

César me acompañó al final a mi casa, cuando llegamos eran las 10 de la noche, ¡Madre mía! Pedazo bronca me iba a dar mi madre...pero da igual, el paseo mereció la pena. Me despedí de él dandole un abrazo y un par de besos en la mejilla, más que nada por si mi madre o mi padre estaba mirando...los dos son muy cotillas.

Me senté a cenar con todos y empezamos a hablar,

-¿qué tal vas con la novia, Pierre?

-bueno, pues bien.

Nada interesante, la verdad,como siempre, las conversaciones eran aburridas y tenían una predisposición de evitar los silencios incómodos. Acabamos de cenar, y cada uno nos fuimos a nuestro cuarto. Para mi desgracia, me tocaba compartir cuarto con mi hermana pequeña. Estuve dos horas y media pensando todo el rato, en verdad no sabía en qué estaba pensando hasta que me di cuenta, ¡CÉSAR!

-Mierda, ¿voy de coña? -grité despertando a mi hermana.

-¿Qué pasa?- dijo ella con una voz de dormida alucinante

-Jajajaja nada, nada- dije

-enga, cállate y déjame dormir, que mañana tenemos insti

Seguí pensando y pensando. Ella ya se había dormido, pero yo no, y me puse a meditar cosas sobre César. Era un chico alto, guapillo, pero creo que tenía novia, A si que mas me valía olvidarme de él, a pesar de que no estaba segura de si me gustaba o no. Decidí ponerme a dormir, porque ya eran las 3 de la mañana y como que no había ganas de ir al día siguiente con una cara de sobada a clase. Me dormí, y si os soy sincera, no me acuerdo de nada de lo que soñé.

*BIIP BIIP* sonó el despertador a las 7, ya que a las 8 tenía que entrar a clase, y nada más y nada menos, tenía a primera hora de la mañana Física y Química. Bueno, hay que decir, que me encantan las ciencias, y odio las letras. Es que son un coñazo.....sobre todo filosofía.

Me vestí, desayuné un par de ciruelas, un poco de leche y me maquillé con un poco de rímel como siempre.

Un día nuevo para deslumbrar al mundo, si señores. Si!

Entré al insti, tarde, como siempre, muy típico en mi. Me encontré con dos amigas mías; Lily y Susane y me senté con ellas en clase. Una vez ya sentadas en el aula, decidimos atender, más que nada porque mañana teníamos el examen, y sino sacaríamos mala nota.

*Tic Tac, Tic Tac*

Eterno, ETERNIIIIISIMO. Las horas se me hacían demasiado largas, los segundos empezaban a pesar demasiado sobre mi, no había ganas de nada, lo único que quería era salir al patio, tomar el aire libre, a pesar de que me quedaban aun 3 horas de clase tras el recreo.

Por fin acabó la clase de mates

-¡ya era hora, joder!-grité

-relaja, mujer, que luego nos toca plástica, dibujo técnico y lengua.- dijo Susane.

-gracias por undirme en la mierda-dije cabreada, pero a la vez riéndome.

-de nada amor, ya sabes para que están los amigos- dijo guiñándome un ojo y riéndose en mi cara

-JAJAJAJAJAJA, No tiene gracia, so cabrona- dije

-bueno, chicas, vamos a hacer algo productivo. Y si...¿vamos con los chicos?-dijo Lily

Mierda, pensé. No tenía muchas ganas de ir con César y sus amigos, pero bueno, que le iba a hacer. Le dije a a Lily:

-No tengo ganas de ir, Lily

-Ainsss Lena, Lena, tu ven y telo pasarás muy bien. Además, dales una oportunidad, ¿no? Enga, no digas no a la primera tía.

Bueno,pues accedí.