Entierro

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En sus pies llevaba unos zapatos color
café y de azul, las uñas.
El vestido blanco reflejaba la aurora que
luce su cuerpo y aquel cabello
prolongado desafía la longitud del
universo.
¡Qué mujer tan hermosa! Me dije.
Mientras me la imagino, la luna
descansa en el puerto y mis
pensamientos nacen después del
entierro; la pinto mientras duerme,
le escribo al despertar.
Yo solo era un muerto que hablaba
con unos que otros desconocidos que
no podían escuchar.
Pero en el abismo de las nubes que se
esconden entre los árboles y pintan
en mí tu sonrisa con el agua que nace
del aire, después de tantos pasos y de
esos ojos, yo he vivido.

Poemas Al Edén.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora