Rosa rosa

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Hay una rosa rosa que habita en mi jardín, intenta renacer pero sus espinas me han ensangrentado el interior.
Converso con ella mientras pinto unas aves que luchan encima de mi cabeza hasta matarse,
dejando un trágico verso frío descansando en mis dedos.
Le remplazo el agua por el alcohol,
pero la maldita rosa rosa es inmune,
no sé que ha pensado pero debo matarla, el jardín las cuida de mí pero no me cuida de ella.
Estoy en el suelo sin capacidad para levantarme, hay colillas por doquier en manos de ciertas mujeres y la rosa rosa sigue creciendo.
Vuelto loco no logro matar a la rosa rosa que se empeña en destrozar mi puño y apoderarse del jardín.

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