Mi Amada

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Rostro de estrella, ilumina los árboles del bosque, descubro su existencia en el cielo de su creencia.
El océano hace la danza, sin lastimar a sus raros enamorados, el ruido de su voz es letal, pero, dulce para que no se despierten las aves, que cansada están de cantarle.


El pensamiento hace parte del juego, minutos que no alcanzan para llamarla, minutos que alcanzan para la guerra.
Tengo nostalgia de no soñarla, vehemente la busco en mis noches, la luna no descansa de escucharme y la indiferencia de la gente me contagia.


Su hermosura, es del filo de una espada, dulce como la miel, confunde mis ideas, mi creencia, mi personalidad, olvido mi existencia, enseguida estoy seguro de su presencia.
Ella, de noche se transforma en sueños; Ella, en mis noches se transforma en mi amada.

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