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Los aplausos llenaron todo el lugar cuando la banda término de tocar y no pudiste sentirte más orgullosa de ver a Nick haciendo lo que tanto le apasionaba.
Nick bajó del escenario y se acercó a tu mesa con una gran sonrisa en su rostro. Te pones de pie y rodeas tus brazos en su cuello.
"Estuviste impresionante", susurras dejando un beso sobre sus labios.
Sonrió agradecido por tus palabras y nuevamente atrapó tus labios en un beso suave y profundo.
"Voy por mis cosas y nos vamos a casa, ¿esta bien?", susurró cuando se alejó del beso.
Asientes, besas la comisura de sus labios y lo miras alejarse hasta que desapareció detrás del escenario.
Te sientas de nuevo y terminas de beber lo que queda en tu copa. Lo esperas pacientemente pero pasan 20 minutos y aún no volvía.
Tomas tus cosas y caminas detrás del escenario. Vas por el pasillo y lo miras hablando con dos mujeres de mediana edad, te apoyas contra la pared y ves detenidamente todo.
"Soy gran admiradora de tu música y la forma como tocas la trompeta es alucinante", sonrió la castaña y apoyó su mano en el pecho de Nick
Nick se apartó un poco y sonrió de lado con evidente incomodidad.
"¿Tienes planes?", esta vez habló la pelirroja, jugando con la corbata de su cuello."Podríamos salir los tres".
Negó inmediatamente, alejando la mano de la chica con suavidad.
"Si, ya tengo planes. Voy a ir a casa con mi esposa", explicó sonriente.
Ambas se alejan y no puedes evitar inspeccionarlas con la mirada.
"No me digas que estas celosa", su voz rompió el silencio, volteas para mirarlo con una sonrisa.
Niegas con la cabeza, acercándote a él lentamente. Rodeas tus brazos en su cuello y acaricias la punta de su nariz con la tuya.
"¿Por qué estaría celosa?", susurras sobre sus labios."Eres sólo mío", tu mano busco torpemente la manija de la puerta y la abres, empujando con suavidad a Nick dentro de su camerino.
Cierras la puerta, colocas el seguro y nuevamente te acercaste hacia él, tomas su mano llevándolo hacia el pequeño sofá.
"¿Qué estás haciendo?", preguntó con voz ronca.
Sonríes juguetonamente y empujas sus hombros para sentarlo sobre el sofá. Te arrodillas entre sus piernas mientras acaricias sus muslos con lentitud creando una fricción suave y cálida.
