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Desde ese encuentro, ninguno de los dos pudo dejar de verse, ambos disfrutaban cada segundo que pasaban juntos. Tenía un pequeño pero acogedor departamento para ambos.
Acaricias su mejilla con las yemas de tus dedos y dejas un beso en su frente pues Steve todavía estaba dormido, te levantas despacio, sin hacer ruido y miraste tu móvil, eran casi las nueve de la noche, tenías que volver a casa. Cubres tu cuerpo desnudo con la sábana pero antes que pudieras levantarte, sentiste un brazos rodear tu cintura.
"¿Te vas?", dijo con voz adormilada.
"Es tarde", respondes. Steve aferró su brazo en ti y besó la parte baja de tu espalda con suavidad.
"No te vayas" susurró contra tu piel sin dejar de besarte, te estremeces por. su t oque y niegas lentamente. Movió su mano sobre tu estómago y la bajó hacia tu entrepierna, frotó sus dedos sobre tus pliegues con suavidad."Quédate, cariño...", pidió.
"No puedo", tratas de mantener la calma pero fue muy imposible para ti , sus dedos estaban haciendo un trabajo ejemplar, colocas tu mano sobre la suya para tener un poco más de fricción, mordió la piel de tu espalda y jadeas apenas audible.
Alejó su mano de ti y se acomodó en la cama."Ven...", dijo golpeando el lugar vacío a su lado, asientes y te acuestas a su lado.
Steve subió a horcajadas sobre ti y besó tus labios, acercas tus manos a su espalda para acariciar su piel, dejas escapar un jadeo audible en el momento que comenzó a frotar su eje contra tu entrepierna.
Repentinamente, tu móvil empezó a sonar, te alejas del beso y estiras tu mano para tomarlo pero atrapó tus muñecas y las sujetó con fuerza por encima de tu cabeza."Nope. No contestes" gruñó, sin darte tiempo a responder, te besó y mordió tu suavemente tu labio inferior.
Otra vez tu móvil comenzó a sonar y Steve dejó de besarte, escondió su rostro en tu cuello soltando un jadeo de molestia. Tomas tu móvil y ves la pantalla."No hagas ruido...", dices antes de presionar el botón verde y acercarlo a tu oreja.
"¡Hola!", saludas tratando de sonar calmada,"sólo salí a dar una vuelta, ¿por que?",preguntas confusa. Él te miró y sus dedos comenzaron a acariciar tu clavícula, se acercó un poco a ti para repartir besos sobre la piel de tu hombro.
Tapas la vocina del móvil y lo miras con molestia"Basta, Steve", gruñes, él asintió una vez más y de nuevo prestaste tu atención a la llamada.
