Capítulo 16

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- Dra. Daniela Calle Soto usted como se declara.- preguntó el juez una vez todos los puntos en contra de Daniela habían sido expuestos.

- Culpable Sr. Juez..- Daniela había dejado con la boca abierta a todo aquel que se encontraba presenciando aquella injusta acusación.

- En vista que de que no ha mostrado objeción alguna ante la acusación por parte de el Sr. Garzón, la pena de cárcel será de 2 años consecutivos tras las rejas.- Calle al oír aquello se vio tan lejos de lo que ella pretendía estar.

Narra Calle

Sabía en que líos me estaba metiendo en cuanto decidí besar a Poche, algo que no sabía era que el día llegaría tan rápido.
Después de que el papá de María José nos vio besándonos en el cuarto de hospital mi mente se puso en blanco, el tomó a su hija del brazo y la llevó fuera del hospital. El simple hecho de saber que a Poche la trasladarían a otro hospital psiquiátrico me parecía realmente drástico y absurdo, sin embargo no pude hacer nada para impedirlo.

Mi proyecto como era de esperarse se vino abajo pues ya no tenía con que sustentarlo y a decir verdad eso era lo que menos me importaba en ese momento. Tal cuál me había dicho el presidente de la organización de becas, me terminé enamorando de mi paciente y aunque ya había recibido su advertencia hice caso omiso creyendo que yo podría separar mi trabajo de mis sentimientos, pero no fue así. 

Su padre había sido muy claro aquel día, su rostro mostraba nada más y nada menos que ira, no habían razones suficientes para que ella y yo nos hubiéramos besado. El había depositado toda su confianza en mi tanto así como para dejarme entrar a su hogar y yo lo había traicionado "aprovechándome de la salud mental de su hija". El decía que el supuesto amor que nos teníamos podría ser algo de cariño y afecto entre doctora y paciente. No lo negaré, estoy empezando a pensar que fue así y que cometí el peor error de mi vida.

A los pocos días del suceso recibí una notificación del juzgado pidiendo que me acercara a declarar en mi defensa por el caso Garzón, el simple hecho de leer su apellido me erizaba la piel. Hoy fue la tercera vez que me acercaba al juzgado con la única diferencia de que este mismo día dictarían mi sentencia.

Me declaré culpable por tres razones, en primer lugar porque después de darle mil vueltas al asunto me di cuenta de que amaba a Poche y por nada del mundo quería someterla a más estrés, sabía que ella ni si quiera estaba al tanto de la situación de afuera y que tarde que temprano alguien se lo diría así que preferí mantenerla lejos del tema y aceptar mi derrota. En segundo lugar porque mis deberes como doctora eran tratar a mi paciente y más nada, sin embargo pasé mis limites. La tercera razón y poco certera al parecer, fue que muy dentro de mi tenía la esperanza de que un día no muy lejano, Poche pudiera salir del psiquiátrico y demostrar que me encerraron injustamente con su salud mental en perfectas condiciones.

Para mi mala suerte ninguna de esas tres funcionaron pues hoy cumplo ya 6 meses de estar encerrada en este lugar que al principio me aterraba tanto, pero que gracias a Matu, una chica ruda con muchos tatuajes en su cuerpo la cual conocí en cuanto llegue me tomó como parte de su propiedad dado el caso de que yo le gustaba así nadie podría tocarme; aprovecharme de su gusto hacia mi no me agradaba en lo absoluto pero dentro de la cárcel ves de todo, desde la persona más inocente hasta la muy peligrosa y arriesgarme no estaba en mis planes. 

Pau venía cada que podía pues el hospital le impedía rotundamente visitar las cárceles a menos de que su servicio sea solicitado ahí, solo de ese modo Paula podía visitarme. Mi papá y mi mamá venían todas las semanas a brindarme su apoyo, sabían que yo actuaba bajo mis instintos y que si yo había besado a Poche es porque razones suficientes tenía.
Un día recibí la visita de Sebastian quien en tono bajo y empalidecido me confesó que el Dr. Zurita fue quien llamo al Sr. Garzón con su ayuda por supuesto.

Todo se había salido de control y yo no pude hacer absolutamente nada para salvar mi imagen como doctora ni si quiera para darle su lugar a Poche como persona fiel a su mente, porque algo de lo que estaba segura es que ella estaba totalmente cuerda.

- Otra vez con ese diario bonita? - de un susto lo cerré en cuanto escuché su voz.

- Que más puedo hacer Matu, es lo único que me mantiene cuerda..- Matu alzó una ceja con inconformidad y se abalanzó directamente a mi arrinconando mi cuerpo contra la pared.

- Y yo que soy? No soy tu juguete no me creas estúpida Daniela - me empezaba a asustar, si bien es cierto yo di pie para que ella creyera que tenía algo conmigo para mantenerme a salvo, pero desde que llevo aquí no me ha puesto una mano encima... hasta hoy.

- Ma..Matu que haces.- asustada intenté voltearme pero no me lo permitió. Me encontraba en mi celda y para mi mala suerte la compartía con ella.

- Lo que debí haber hecho desde que llegaste... tu bienvenida - chupó el lóbulo de mi oreja produciéndome asco mientras me removía para zafarme de su agarre. - No te atrevas a moverte!- golpeó mi costilla derecha con severidad.

- Auxilio!!- decidí gritar con el poco aire que me quedaba pero al parecer nadie podía oírme.

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⏰ Última actualización: May 14, 2019 ⏰

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