VI

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M a r e 


Le vuelvo a preguntar por qué estaba en el bosque anoche y no parece nervioso, de hecho me observa como siempre en su neutralidad y sin que nada ni nadie le importe. 

—Sí, estaba en el bosque anoche. 

—¿Me vas a decir por qué? 

—No es tú asunto.  

Sigue manejando como si nada y la única persona tensa soy yo. A él no le importa que su respuesta no sea suficiente para mi y es una de sus características ser franco y directo sin importar nada más. 

Finalmente llegamos al taller, arreglan mi bicicleta sin problema, termino de pagar y salgo. Estoy montada en ella pero Harry me observa extraño. 

—¿Qué estás haciendo?— pregunta 

—Me voy, ¿o qué te parece que estoy haciendo?— respondo un poco ruda. 

—No seas ridícula, sube al auto yo te llevo— abre la cajuela pero me abstengo a seguir sus órdenes, empiezo a pedalear pero él corre y detiene la bicicleta frente a mi. 

—Muévete. 

—No

—Harry, muévete

—¿Por qué estás tan enojada?— sigue agarrando el manubrio de la bicicleta, quiero quitar sus manos pero él se retira bruscamente antes de que mis manos toquen las suyas. 

—No es tu asunto. 

Empiezo a pedalear pero vuelve a ponerse enfrente de mi camino. 

—Oh ya entiendo. Estás molesta porque no respondí a tu pregunta. 

Esquivo la mirada. 

—Ayer no podía dormir, tenía muchas cosas en la mente solo salí a caminar. ¿Feliz?

Suelta el manubrio y se aparta para dejarme el camino libre. Me observa tranquilo y expectante. 

—Está bien, lo siento. Solo me pareció extraño y si no querías contarme no tenías porque hacerlo. 

Sacude sus rulos y abre nuevamente la cajuela, sonríe y le devuelvo la sonrisa. Hay algo tan extraño en él que no logro decifrar, cuando está serio y pensativo coloca una barrera de misterio frente a él. Es reservado, directo y completamente franco, no le importa lo que piensen de los demás y debo admitir que eso me agrada. 

—¿Tienes hambre?— pregunta de la nada

—Un poco. 

No me había percatado pero mi estómago ruge sin parar y Harry se ríe. 

—¿Qué es bueno en este pueblo?

—Vamos a mi lugar favorito, creo que te puede gustar. 

Caminamos hasta el establecimiento de comida italiana, me encantan las pastas y la pizza y al ver la expresión de Harry de seriedad y ninguna pisca de emoción me da la impresión que no es su tipo de comida.

—Podemos escoger otro lado. 

—Si tu dices que es bueno entonces confío en ti. 

—Pero ¿si te gusta la pizza?— pregunto una vez que estamos sentados, el olor de la comida hace que me duela más el estómago de hambre. 

—Sí, supongo. 

—Harry, tu mirada asesina y tu rostro de piedra no me engañarán. ¿Te gusta sí o no?

Fireproof | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora