Capítulo 5.

49 7 11
                                    


Katie.

Durante muchísimo tiempo pensé en que los amores a primera vista no existen y hasta el día de hoy lo mantengo. Es imposible enamorarse de una persona con un solo contacto visual. Pero ¿saben que es posible? Comenzar a sentir cosas por una persona luego de conocerla un poco, luego de saber que hay detrás de una cara linda, conocer un poco de esa oscuridad que todos ocultamos... espera, ¿crees que me enamoré de aquí y ahora? Te equivocas.

Rechazo diariamente historias cliché en mi trabajo, porque sé que no es posible que algo así ocurra en la realidad ¿o sí?

Edward.

Una vez leí un artículo que decía que las personas somos capaces de enamorarnos en 45 minutos y la verdad es que al leer el encabezado me pareció un disparate, pero al leer el contenido tuvo algo de sentido.

Era una investigación hecha por el Dr. Arthur Aron, según estudios realizados por la Universidad Stony Broke, aquí mismo en Nueva York. Dichos estudios afirman que luego de mirarse a los ojos un par de minutos, hacerse preguntas profundas para conocerse y un beso apasionado con suficiente química ya forjada, las personas automáticamente sentirían amor una por la otra, en las cantidades que ellos mismos se permitieran.

Me entró la curiosidad y pensé ¿Qué pierdo?

- Oye Katie, ¿te parece si jugamos algo? –Pregunté con tono inocente.

- Oh, claro ¿el escondite te parece bien? Yo empiezo –Dijo con fingida emoción para luego poner los ojos en blanco.

- No seas tonta, es un juego de preguntas, para agilizar esto de conocernos. Tengo el leve presentimiento de que ya nos sacarán de aquí –.

- Está bien ¿inicias tú? –Respondió, nada convencida.

- Si tuvieras la oportunidad de revivir a un personaje importante y llevarlo a cenar ¿a quién sería? –Pregunté.

- ¿Eso cómo hará que nos conozcamos mejor? –Nuevamente evadiéndome.

- Deja por un momento de ser una pringada aburrida y contesta –.

- Bueno... Ana Frank, quizás, no lo sé –Dijo mirando fijamente las puertas del ascensor.

- ¿Por qué? Es solo una niña –.

- Claro, pero hay muchos misterios con su muerte y con los escritos de su diario. Me gustaría poder preguntarle si ella verdaderamente plasmó allí su día a día o si todo es objeto de una fuerte publicidad. Y en caso de que, si lo haya hecho, saber cómo tan pequeña, tenía una narración tan madura –Respondió satisfecha.

- Buena respuesta. Es tu turno –.

- A ver, Edward, todo se quema en tu casa y solo puedes sacar una cosa ¿qué sería? –Preguntó directa.

Katie.

- Fácil, las cenizas de mi madre. Ella odiaría tener que quemarse una segunda vez –Respondió y posteriormente se rió hasta que las lágrimas se asomaron por sus ojos.

- ¿Hablas enserio? –Le pregunté descolocada por su respuesta tan cruel.

- Sí, hablo enserio y tranquila, mi madre donde sea que esté seguro se está riendo también –Respondió como si su respuesta haya sido de lo más común.

Estuvimos un par de minutos más haciéndonos preguntas igual de aleatorias y por alguna razón, Edward no me dejaba de ver a los ojos en ningún momento.

Edward.

Ha llegado el momento.

Katie.

Mierda, ¿qué está haciendo?

Edward.

Y así sellé mi perdición.

Elevator.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora