DOS.

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[ Madrid. 5 de Mayo. ]

La rutina que adquirió el local estaba siendo tal y como se esperaba. El ambiente era tranquilo, gente que pasaba tan solo para recoger su café y salir hacia el trabajo y otros que se quedaban en las mesas del local, detrás de ordenadores o sobre libretas garabateadas. Grupos de amigos charlaban tranquilamente en los tableros más grandes con cafés de caramelo y chocolates calientes y muchos atrevidos pedían las bebidas más remotas de la carta.

Cada persona con su historia, con su mundo y sus problemas, pero todos iguales ante los detalles del oasis que era Utopía.

Taehyung pensó en todas las posibilidades antes de empezar su proyecto, por lo que cada bebida para llevar tenía una nota colgando de la tapa con el nombre del cliente y una frase diferente para cada uno, el mismo tipo de nota que añadía sobre el platito de porcelana debajo de cada taza que llegaba a las mesas.

Millones de frases que, a su parecer, merecían ser leídas acababan cada día en las mentes de sus clientes, filosóficas, divertidas, románticas, sarcásticas... Taehyung estaba seguro de que, fuese la que fuese, daría el mensaje adecuado en el momento adecuado. De todos modos, es lo que hace el ser humano, adaptar todas las señales que recibe a lo que necesita.

Aquella mañana de Lunes no estaba siendo diferente. Hoseok, o Hobi, como había pedido que le llamaran y había escrito en la chapa de pizarra que llevaba prendida del delantal, preparaba el té de una clienta que charlaba animádamente con él mientras tanto. Namjoon trabajaba aquel día desde allí sentado en "la mesa cotilla" e inmerso en su portátil, y Taehyung, por su parte, hacía dos cafés y un batido a la vez para la mesa junto a la puerta mientras canturreaba la canción del hilo musical.

Cuando el de pelo rosado terminó con lo que estaba haciendo, volvió rápidamente a la caja para atender al siguiente cliente.

- Buenos días - saludó amablemente -. ¿En qué puedo ayudarte?

- Buenos días - le sonrió el chico frente a él -. Pues realmente no sé muy bien qué pedir; me he obnubilado un poco con lo bonito que es este sitio.

- Jo, muchas gracias - dijo Hobi inclinándose levemente -. Está todo hecho con mucho cariño y eso se tiene que notar.

- Realmente se nota, sí - afirmó el contrario mirando hacia todos lados -. Intuyo que toda la carta estará hecha con el mismo cariño, así que dejo a tu elección mi primera bebida aquí.

- Oh, ¿en serio? - se sorprendió el pelirosa -. Entonces creo el más indicado para eso será mi jefe. Él es el padre de todo esto y nadie te va a aconsejar mejor que él en cuanto a qué café debes probar.

- Me dejo guiar, pues - respondió el chico alzando ambas manos en señal de confianza; realmente se estaba sintiendo bien en aquel sitio.

Hobi le pidió con un ligero gesto de su mano que esperase un segundo, yendo después a golpear el hombro de Taehyung para llamar su atención.

- Necesito que atiendas a la obra de arte que está esperando en la caja - le dijo con una sonrisa algo pícara -. Ha decidido que elijamos su bebida por él y creo que ese trabajo es más tuyo que mío.

Taehyung se dio la vuelta disimuladamente, observando en dirección a dónde le había dicho su compañero, provocando que sus ojos se abrieran tanto como sus rasgos le permitían al ver a aquel chico. Era más o menos de su estatura, de complexión delgada pero musculosa y piel ligeramente pálida. Sus rasgos parecían asiáticos y su pelo era de un cereza tan llamativo que dejó a Taehyung sin aliento por un segundo.

Sin prestarle mucha más atención a Hobi, estiró su mandil negro y se dirigió hacia él.

- Hola - saludó intentando denotar seguridad -. Soy Taehyung.

bouqué - tαekook/kooktαe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora