bouqué - tαekook/kooktαe

OCHO.

[ Madrid. 4 de Junio. ]

Aquel Miércoles estaba siendo bastante movido. Por la mañana, mucha gente se había acercado a por su café para llevar porque había un evento de oficinistas bastante grande en la calle de al lado. Seguramente hubiesen hecho a las 13:00 la caja prevista para todo el día, y eso tenía a ambos chicos bastante contentos.

Taehyung se estaba encargando de ir haciendo las bebidas mientras Hobi cobraba. Salían rapidísimo y muchos clientes halagaban la calidad del café de ese día.

"Puede ser uno de los mejores cafés que he probado", había escuchado de un señor bastante imponente y de pelo canoso brillante.

No había tardado ni dos segundos en transmitirle a Hobi aquel comentario, así como los anteriores y posteriores, por lo que el ambiente en aquella barra desprendía orgullo y alegría.

Eso sí, una parte del cerebro de Taehyung estaba tan estresada por ver el interior de su barra algo más sucio de lo que debería, que sentía que en cualquier momento tomaría todo el control de su cuerpo y se convertiría en una bayeta gigante.

Al rededor de las 14:00 la afluencia de gente paró bastante, y ese fue el momento en el que ambos baristas pusieron fin a aquel caos, limpiando allí donde podían y reponiendo cada producto a todo lo que les daba el espacio.

- Ve tú primero a comer, Tae - le había dicho el de pelo rosa -. Yo tengo que hacer una llamada a las 15:00 y preferiría poder tomarme el break ahí si no te importa.

Y claro que no le importaba. Había encontrado un compañero tan maravilloso en Hobi que a veces tenía que pararse a pensar que en realidad era su jefe. Jamás le había hecho falta que le mandase hacer nada porque estaba parado o porque había la necesidad. El barista analizaba rápidamente el espacio y realizaba cada tarea en el momento que hacía falta.

Además, Hobi tenía esa personalidad arrolladora que hace que quieras intentar estar feliz siempre. Incluso cuando él mismo no tenía un buen día, le sonreía y trataba de subirle el ánimo a ambos, costumbre que Taehyung iba adoptando poco a poco. Ya no era solo el de pelo rosa el que entraba por las mañanas gritando cosas como "¡Buenos días, rey mío!", o chorradas similares que lo hacían todo mucho más acogedor y cercano.

Su Utopía se volvía realidad con cada punto que repasaba. Y Hobi era realmente uno de los puntos más importantes.

Momentos después, su móvil sonó, encendiéndose con una notificación de chat.

"Europa🍂

¿Podemos vernos esta tarde?"

Leyó cambiando su cara a una más taciturna. ¿Iba a ser una buena idea decirle que sí? Sabía que tenían que pasar por el momento de verse fuera de aquel aura que se formaba entre ellos, en territorio neutro, pero una parte de su cerebro no quería hacerlo.

Cogió el teléfono sin pensar demasiado y escribió una respuesta.

"Tú:

No puedo dejar Utopía hasta cierre. Si te parece quedamos aquí a las 18:00".

Metió el aparato en la oficina cuando leyó un simple "vale" por parte de ella.

Hobi se había percatado de su cambio de actitud y haciendo alarde de su conocimiento sobre su compañero se dispuso a prepararle su bebida favorita para cuando terminase el papeleo de proveedores con el que se puso mientras comía.

Cuando salió una hora después, una taza negra con hielo y su mocca cargado le esperaban en la barra con una de sus frases en el plato algo modificada con rotulador plateado: